Museo Hermitage San Petersburgo
Museo Hermitage San Petersburgo

ADN extraído del cuerpo de un niño enterrado en el este de Siberia hace unos 24,000 años y hallado en 1958 ha regalado un par de sorpresas genéticas, informa Nicholas Wade en el New York Times.

El ADN del niño coincide tanto con el de los europeos occidentales como con el de un porcentaje de nativos americanos.

Ello indica los europeos se desplazaron más hacia el este lo que se pensaba originalmente, dice el Times.

El segundo descubrimiento cuestiona la suposición de que los primeros nativos americanos descienden de poblaciones siberianas relacionados con los asiáticos del este.

Llamado el “Niño de Mal’ta”, murió a los 3 o 4 años de edad. Aunque no quedaron restos de su piel o su cabello, el ADN indica que pudo haber tenido ojos y cabello oscuros con pecas en la piel.

Cuando fue sepultado debajo de una piedra llevaba una diadema de marfil, un collar de perlas y un colgante en forma de pájaro.  También se encontraron en el área unas 30 estatuillas de Venus típicas de culturas europeasa del paleolítico superior.

Sus restos habían estado en un museo en San Petersburgo desde que fue excavado cerca del lago Baikal en el este de Siberia, y no fue sino hasta hace poco que un equipo encabezado por  Eske Willerslev de la universidad de Copenhagen le estudió.

Artículo en inglés