Avances_para_Sanders_en_CaliforniaAvances para Bernie Sanders en las encuestas de California, estado donde el socialista ha movilizado enormes recursos de una campaña primaria que llega a su fin, es uno más en la larga y debilitante lista de problemas que enfrenta Hillary Clinton, quien sin tener los delegados para la nominacion del partido ya ha sido ungida como tal.

Esta semana hemos visto que los problemas de Hillary son políticos: Su incapacidad de “despachar” a su único adversario, un senador que se enorgullece de ser socialista y quien comenzó la campaña sin reconocimiento de nombre.

Con apoyo mínimo entre colegas y sin un peso en sus arcas, nadie lo tomó en serio. En poco más de un año, en una “estrella de rock” — particularmente entre la juventud (menos de 30).

Con la primaria de California este 7 de junio, las encuestas han visto esfumarse lo que hasta no hace mucho parecían insuperables ventajas de Clinton. Ahora, cualquier cosa es posible en ese estado, donde se juegan 548 delegados y, además, la votación está abierta tanto para demócratas como para independientes.

En el sur del estado, los mítines organizados por la campaña de Sanders se incluyen entre los más grandes en esta elección primaria.

Los problemas para Hillary son éticos. Uno de tantos escándalos que la rodean, el de los correos electrónicos durante la época en que fue Secretaria de Estado, produjo esta semana un informe que denunció contundentemente a la candidata. En pocas palabras, dijo el informe interno, que Hillary Clinton violó a sabiendas las normas internas del departamento, puso en peligro información confidencial y se negó a colaborar en la investigación.

Varios periódicos denunciaron a la candidata en editoriales.

El problema es dinástico. El nombre Clinton trae memorias de ética cuestionable, de asuntos personales (sexo) al descubierto, en detalles bastante gráficos. Así el culpable y acusado haya sido su marido Bill, ella estuvo presente. Ayudó a denunciar a las mujeres con quien Bill ha tenido relaciones.

El problema es la percepción de que no hay barreras entre lo político y lo personal — en un mundo millonario de influencia, banqueros, fundaciones, discursos secretos.

El problema es que más gente detesta a Hillary Clinton de la que la respetan.

El problema es Donald Trump, candidato poco ortodoxo, que dice lo que se le ocurre sin decoro alguno. Desde que obtuvo los votos que aseguraron su nominación como candidato presidencial de los republicanos, le ha puesto a Clinton el apodo de “crooked Hillary” (“Hillary la ratera”). Y ha reiterado que hablará de las infidelidades de Bill Clinton y de acusaciones en torno al suicidio de Vincent Foster, para deleite de los adeptos a las teorías de conspiración.

Para EUA es todo un “Déjà Vu” de los años 90 — que en si es otro problema muy serio. La sociedad quiere mirar hacia el porvenir, pero Clinton obliga a mirar hacia lo que pasó.

Esto son algunos de los problemas que hoy enfrenta Hillary Clinton y que podrían agravarse, si tiene que testificar ante el FBI sobre el asunto de los correos electrónicos, o si le fueran a formular cargos criminales en la investigación, como exigen sus enemigos políticos.

Súmelo a ello el desprestigio que sufriría su candidatura en la convención con la gente de Sanders que llega con un pliego de peticiones respaldado por muchos votos y serias victorias.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres

 

 

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 5/29/16

Image: BernieSanders.com