Muñecas rusas de Donald Trump

Como una “matrioshka”, la muñeca rusa típica que trae dentro de sí a una más pequeña la cual a su vez trae otra, los múltiples desarrollos en torno a Rusia siguieron consumiendo a la administración Trump esta semana, no obstante dos viajes internacionales y la discusión dentro del Senado estadounidense de un proyecto de ley de salud, una de las promesas de la campaña presidencial 2016.

El domingo pasado, mientras volaba de regreso de Europa en su segundo viaje como presidente de EUA, Donald Trump participó o al menos aprobó la respuesta inicial de la administración a la noticia publicada en el New York Times en el sentido que su hijo Donald Jr. había sostenido el verano pasado una reunión con una abogada rusa quien había prometido información lesiva sobre la candidata Hillary Clinton.

Seis días después, el viernes de esta semana que pasó en EUA, Trump regresaba de otro viaje a Europa –esta vez a Francia, donde recibió el tratamiento VIP del nuevo presidente Emmanuel Macron– para encontrarse que el escándalo había hecho metástasis.

Había salido a luz pública que la reunión también había tenido la asistencia, no solo de la plana mayor de la campaña Trump 2016, sino la de un individuo con presuntos lazos con la inteligencia rusa, que se remontan a los días de la Unión Soviética.

Desde entonces, muchos en la administración han aumentado el nivel de sus representantes legales, contratando pesos aún más pesados.

La prensa anti Trump ha movilizado sus mejores fichas para que escarben.

Los artículos ahora vienen con múltiples autores para asegurar que no se comentan errores. Muy seguramente muchos de los periodistas asignados a la noticia recuerdan con ambición propia la era de oro del periodismo de EUA, los días de Carl Bernstein y Bob Woodward en el Washington Post cuando destaparon el caso Watergate.

Y el material parece abundar.

La reunión de junio en Trump Tower, que según el campo de Trump fue breve y no produjo información útil, fue organizada por un promotor británico llamado Rob Goldstone, que representa al cantante moscovita Emin Agalarov cuyo padre es un magnate de finca raíz cercano al presidente ruso, Vladimir Putin.

La familia Agalarov ha tenido contactos comerciales con los Trump, entre ellos el concurso Miss Universo 2013 en Moscú donde el mismo Donald Trump como dueño de la franquicia asistió al evento.

Desde entonces Donald Jr., se ha mantenido en contacto con esa familia.

El promotor Robert Goldstone
La abogada Natalia Veselnitskaya

El señor Goldstone escribió al joven Trump una nota pidiendo una cita para presentar una serie de documentos incriminando a Hillary Clinton.

La reunión tuvo lugar en junio 2016. Fue presentada por Goldstone como parte del esfuerzo del gobierno ruso por ayudar a la victoria electoral de Trump.

Dijo en la nota que la abogada representaba al gobierno ruso.

Asistió Natalia Veselnitskaya, abogada quien ha negado conexiones oficiales con Putin.

Aunque el equipo legal de Trump supo por algún tiempo sobre esta reunión, el público y los medios no estaban al tanto.

Desde semanas antes de que se hiciera pública la noticia, ya la gente de Trump había desembolsado US$50,000 para los gastos legales de Trump Jr., informa el New York Times. Podría decirse que anticipaban los ataques.

Los investigadores del New York Times se enteraron cuando Jared Kushner, esposo de Ivanka Trump y alto asesor presidencial, tuvo que enmendar por tercera vez su formulario de seguridad nacional, agregando más de 100 contactos con agentes de otros gobiernos.

El yerno de Trump furioso
El yerno Jared Kushner

El New York Times reportó el domingo 9 de julio sobre la reunión, casi en los mismos instantes en que Trump volaba de regreso.

Según informes, desde el avión se preparó una respuesta que sostuvo que la reunión fue una “perdida de tiempo” y terminó discutiendo adopciones de niños.

Al día siguiente, el presidente en un breve comunicado defendió a su hijo como “una persona de calidad”.

Pero ahí no pararon las cosas.

El New York Times obtuvo las comunicaciones en torno a la reunión, cuyo propósito explícito fue entregar a la campaña Trump materiales de parte del gobierno ruso que busca ayudar a Trump.

El Times, siguiendo la práctica de la profesión, avisó a Donald Trump Jr. que las iba a publicar. A lo que el joven Trump optó por publicarlos él mismo — 10 minutos antes.

Al cabo de un rato, el martes comenzaron los medios de EUA de hablar de un “arma humeante” que comprobaba que se ha cometido un delito, el cual puede ser político, ético o legal.

Luego, Trump Jr. apareció en la TV, con Sean Hannity en Fox News, el canal que más apoya a la administración, y aseguró que no había más secretos.

Rinat Akhmetshin
El ex-agente Rinat Akhmetshin

Fue poco después que se supo que Rinat Akhmetshin, un ciudadano ruso-americano quien hace unas décadas formó parte de la inteligencia soviética, también había asistido a la reunión.

Ahora se habla de que ocho personas participaron en la reunión.

Parecería que el mismo equipo de comunicaciones de la Casa Blanca sigue quedando sorprendido por las revelaciones.

En vez de un aire de optimismo, de un equipo motivado y emocionado mientras implementa el cambio que prometieron, se viven recriminaciones, divisiones, críticas, temor.

Fugas constantes.

Incapacidad de arrancar con otro tema: Un estado perpetuo de crisis.

El asunto va para largo y promete paralizar la presidencia — así no se logre comprobar nada ilegal, nada que no se resuelva con un par de chivos expiatorios.

¿Cómo se llegó hasta aquí?

Desde el inicio de su presidencia, Donald Trump ha hecho las cosas cómo él sabe hacerlas y como le han funcionado: Depender de la familia en lo que más se pueda.

Es su fuerza y a la vez su debilidad, ya que no se han establecido claras barreras entre lo público (gobierno) y lo familiar.

Sobre Rusia solo ha traído tropezones porque la fortuna Trump tiene extensos y profundos lazos con Rusia sembrados a través de los años. Cualquier intento de cambiar la relación geopolítica puede verse como conflicto de intereses. Y ahora, bajo la lupa de algunos de los periodistas más ambiciosos de la época, encontrándose al centro de tres investigaciones por parte de ambas cámaras del congreso y un Fiscal Independiente, es imposible predecir a dónde esto va a desembocar.

Solo se puede decir con certeza que quedan muchas “matrioshkas” por sorprendernos.

Y todo esto pasó durante esta semana en EUA.

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
Julio 16, 2017