El candidato republicano Scott Brown supo usar mejor el motor de búsqueda para propinar a su contricante una derrota humillante, cambiar la alineación del Senado y sacudir toda la administración Obama el mes pasado.

Esa es la tesis de Mike Madden en Salon, la revista digital que se especializa en política.

Algunas de las tácticas que usó el equipo de Brown no fueron nada nuevo, indica el periodista. Compraron palabras relacionadas con la elección, incluyendo el nombre de la candidata Martha Coakley. Así si alguien la buscaba, saldría un anuncio de Brown. El recién electo senador republicano se gastó casi el 10 por ciento de los fondos para publicidad en línea: “Vieron sus anuncios en Google ciudadanos de Massachussetts unas 65 millón de veces; lo cual no es nada mal si se tiene en cuenta que solo hay 6.5 millones de personas allí”.

Pero también usaron de maneras novedosas y altamente creativas diversas tecnologías en los iPhones, Blackberries; GPS para ubicar donde concentrar sus fuerzas, y Google Voice para reportar fraude electoral.

Básicamente, los repubicanos lograron replicar lo que le había ganado la Casa Blanca a Barack Obama en el 2008.  Mejor dicho, se pusieron las pilas.

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