El creciente rechazo por parte del público estadounidense a las guerras en Iraq y Afganistán presentan para el presidente Barack Obama una vulnerabilidad política igual a las de previos presidentes que no fueron reelegidos, escribe Andre Malcolm en Los Angeles Times.

La popularidad del presidente viene cayendo a pico, colocándolo en una situación bastante parecida a presidentes anteriores que sufrieron el diezmante costo de guerras sin el apoyo del público. En 1949, Harry Truman tenía una tasa de aprobación del 54%; sin embargo, la sangrienta guerra de Corea lo puso por debajo del 30 por ciento en 1952, eliminando cualquier posibilidad de ser reelegido. Algunos años después, Lyndon B. Johnson sufrió una caída del 74% al 42% a causa de la guerra en Vietnam. Igual que Truman, Johnson abandonó todo intento de ser reelegido, anunciándolo al país en su famoso discurso de 1968.

Señala que desde junio del 2004, la mayoría del país ha dejado de apoyar la guerra en Iraq (aunque Obama anunció la semana pasada que había concluido el combate allí, todavía quedan 50,000 tropas de EUA y un número no determinado de asesores y paramilitares contratados). Desde entonces, el apoyo fue cayendo a medida que aumentaban las bajas.

El descontento sobre las guerras aumenta. Las bajas aumentan. Señala que Obama, “se encuentra en la incómoda posición de haber construido su carrera política en gran parte por su postura contra una guerra (Iraq) mientras que agresivamente ha seguido otra guerra (Afganistán)”.

Estados Unidos tendrá elecciones en Noviembre para la cámara de representantes y el senado, igual que los gobiernos estatales. En el 2012 habrá elecciones presidenciales, donde Barack Obama enfrenta la reelección.

Artículo en inglés

Foto cortesía de saidunsaid via flickr