Los dominos de Chipre“Usted podría preguntarse por qué preocuparse por una pequeña nación con una economía que no es mucho más grande que la del área metropolitana de Scranton, Pensylvania”, escribe Paul Krugman en el New York Times, en una nota donde evalúa la crisis de deuda que afecta al desmesuradamente grande sistema bancario de Chipre, la isla que funciona como un refugio fiscal para millonarios extranjeros.

Debido a que Chipre pertenece a la zona euro, sostiene Krugman “los eventos allí podrían contagiar (por ejemplo con estampidas bancarias) a los países más grandes”.

En última instancia, Chipre permitió que sus bancos crecieran demasiado consolidados y demasiado grandes, incluso después de la crisis financiera mundial del 2008.

“Todo el mundo ha visto el daño que pueden infligir banqueros fuera de control, sin embargo gran parte de las actividades financieras del mundo todavía se desvían a través de jurisdicciones que permiten a los bancos eludir incluso los leves reglamentos que hemos puesto en su lugar”.

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