Rachel Bishop publica en el Mirror de Gran Bretaña una nota sobre la posibilidad de que en un futuro cercano se burdeles sexuales. La tecnología avanza a pasos agigantados y ello podría resultar en una revolución en la industria del sexo, libre de crimen, enfermedades sexuales y similares.

La industria de las muñecas sexuales — algunas de las cuales se venden por casi US$20,000– sigue avanzando igual que la inteligencia artificial.

O sea que en cualquier momento puede hacerse realidad lo que no hace mucho no fue sino una fantasía de ciencia ficción.