Humberto De la Calle
Foto EFE via Bluradio
Tras meses de horror llegamos a una tregua unilateral anunciada por las FARC. Otra tregua, esta vez de un mes.

Eso no cambia mucho.

Juan Manuel UrrutiaLos discursos del presidente, muchos, malos, aburridos, tampoco cambian mucho

Anoche hubo un debate de control político en el Senado de la República

Yo no lo vi, no me interesaba, no creía.

Hubo de todo.

Babosadas de Roy Barreras y de Alfredo Rangel

Nada de eso lleva a nada.

Pero le tocó el turno a Humberto de la Calle. Y tranquilizó, según Álvaro Uribe. He escuchado las intervenciones de De la Calle varias veces.

Se realizó un debate de altura.

Humberto de la Calle siempre ha sido una persona seria. Tiene una merecidísima credibilidad, que su jefe no tiene.

Presidió el debate el senador Luis Fernando Velasco, cuyo mayor mérito es haber sido perseguido por el Fiscal, o sea es un tipo decente. Velasco es obviamente uno de los pocos políticos miembros de los partidos tradicionales que se salva. Generó confianza, mantuvo el diálogo, permitió e impulsó el debate.

“Tengo que reconocer que al escuchar al doctor De la Calle hay un cambio que, en lo que a mí refiere, da unos asomos de tranquilidad”,

dijo el expresidente Uribe al final.

Mi escepticismo es muy alto pero mis deseos de terminar mis días gozando con mi familia y mis amigos, y mis enemigos también, en una Colombia en paz son aún mayores.

Creo que tenemos la obligación de darle un compás de espera y un voto de confianza a los diálogos de La Habana. El mismo plazo que el Presidente Santos propuso.

Necesitamos que personajes como Barreras y Rangel y la Paloma de la guerra moderen sus oportunistas salidas declaraciones.

La paz, la verdadera, la que tenemos que construir no necesita de escuderos que repiten como loritos, pero sin inteligencia, lo que dice, ese si con inteligencia, el doctor de la Calle.

El debate que se requiere para entender los acuerdos y sus implicaciones, no se alimenta con posiciones intransigentes, ni con cantaletas guerreras.

Al oír a de la Calle y a Uribe me volvió la esperanza.

El martes estaré pegado al televisor viendo la continuación del debate con un inmenso deseo de altura.