bogota1Cuando volví a Bogotá, hace quince años, gobernaba Enrique Peñalosa.

Tuve la suerte de participar en el desarrollo de una iniciativa suya llamada los Jardines Sociales. Con apoyo de las cajas de compensación familiar en una alianza entre la Nación representada por le ICBF y el Distrito representado por el DABS dirigido por la admirada Gilma Jimenez, se construyeron jardines infantiles con especificaciones de alto nivel en zonas marginadas de la capital, lo mejor para los menos favorecidos.

En ese proceso participé con frecuencia en reuniones con el equipo del palacio Liévano, la alcaldía. Sentía uno que lo que se estaba haciendo estaba bien planeado y que había capacidad de ejecución.

Luego vino Antanas Mockus que le dio continuidad a lo bueno e impulsó la cultura ciudadana.

En medio de la esperanza por el surgimiento de una izquierda mejor, que ocupara el espacio dejado vacío por la masacre de la Unión Patriótica, elegimos a Lucho Garzón. Y ahí fue Troya. Garzón fue pura demagogia y desorden. En su afán populachero desarticuló el programa de alimentación escolar que habían organizado los alcaldes anteriores y se inventó unas cocinas comunitarias que fueron desastrosas.   Les devolvió el espacio púbico a los vendedores ambulantes. En su afán por favorecer el apetito de FECODE frenó la construcción de mega colegios que serían administrados en concesión. Desaceleró Transmilenio.

De mal en peor pasamos del populismo de Lucho al abierto saqueo de Bogotá realizado por Samuel Moreno con la complicidad del Polo Democrático y ante el silencio también cómplice de Clara López.   EN cuatro años se robaron lo que quedaba.

La inmadurez de tres niños “bien” de la política, le abrió el camino al tercer mandato de izquierda. Todavía no ha salido a la luz pública el tamaño del desastre que ha resultado para Bogotá la administración de Petro.

Así los voceros de la izquierda pretendan tapar el sol con las manos, tras doce años en el poder han demostrado que no están preparados para gobernar, que lo suyo es la oposición, mezquina, que bloquea el desarrollo para que se mantenga la pobreza y la marginalidad que son el caldo de cultivo para sus ideologías retrogradas y populacheras.

Y me temía que la izquierda nos iba a trampear las elecciones usando todo el poder que puede tener el alcalde de turno. Petro en forma descarada y seguramente al margen de la ley “se la jugó toda” por la elección de Clara López.

Pero pudo más la indignación de los bogotanos.

Peñalosa elegido entra a volver a empezar lo que empezó en 1997. Hay que volver a recuperar el espacio público. Hay que tapar los huecos, hay que hacer colegios y jardines. Hay que volver a estructurar el programa de alimentación escolar hoy controlado por las mismas mafias que se roban la comida de los niños en el Chocó y en La Guajira.

El 21 de Octubre de 2015 es la fecha de volver al futuro.

El 25 de octubre de 2015 es para Bogotá la triste fecha de volver al pasado. A una ciudad que perdió la movilidad, el civismo, la cordialidad.

A una ciudad en donde la P tachada no significa prohibido estacionar sino aquí parqueo yo y me importa un c… su comodidad. A una ciudad en donde si no hay un carro estacionado angostando la vía, habrá uno caído entre un hueco deteniendo el tráfico.

A una ciudad en donde los mismos que se detienen y estacionan en donde les viene en gana, son los que pitan penas cambia el semáforo y enloquecen si uno de la da paso a un peatón.

Valiente tío Peñalosa medírsele a semejante despelote.