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El Presidente está en España.

Promoviendo la paz.

Juan Manuel UrrutiaEn medio de un escándalo de proporciones incalculables como el de las acusaciones sobre venta de sentencias en la Corte Constitucional, los titulares de la gran prensa y los noticieros de televisión realzan la importancia de las declaraciones del Presidente en su periplo español.

Todavía no acabo de comprender por qué se tuvo que ir a España a dar dos noticias de tanta resonancia.

En entrevista con ABC, que ha sido cacareada por todos los medios y comentada por todos los comentaristas de costumbre; el Presidente anunció que cuando se firme la Paz buscará que los Estados Unidos suspendan las solicitudes de extradición de los líderes guerrilleros.

Luego en un foro anuncia que ha mandado a cuatro generales y a un almirante, en servicio, a que comience a explorar las condiciones para el cese bilateral, la desmovilización y la dejación de las armas.

Para quien lee esas noticas el proceso de paz va por muy buen camino.

Tanta es la voluntad de las FARC que el Presidente piensa que es oportuno empezar a meterse con un tema caliente como es la extradición, el coco detrás del que, desde los años ochenta, Colombia esconde la incapacidad del Estado de perseguir a los delincuentes. El gobierno de los Estados Unidos no dijo nada, amables tipos.

Ya se especula que ahora sí van a permitirle a Simón Trinidad que se una a los vacacionistas de La Habana.

Parecería que estamos tan cerca de lograr avances en el tema del cese de las hostilidades, que es lo que sería un cese al fuego bilateral, que se justifica sentar a más militares activos a definir condiciones para la desmovilización y la dejación de las armas.

Felicidad.

Eso si uno se limita a las noticias que publicaron El Tiempo, El Espectador y al Noticiero de la Noche de CMI, que omitieron la noticia publicada por Semana.com, el proceso de paz va muy bien, muy rápido.

¿Qué pasó?

¿Se le chispoteó a Semana?

¿Involuntario error de los medios?

¿Voluntario tapen, tapen?

Ande Usted a saber querido lector.

A mí me da la impresión que lo que pasa es que hay dos procesos de Paz: El del Presidente que se lleva a cabo en una especie de Camelot y el de las FARC que se desarrolla en Colombia rodeado del cinismo de un grupo de negociadores, todos con solicitud de extradición, que se niegan a reconocer las constantes violaciones a los derechos humanos a que han sometido a la población civil en Colombia. Se han inventado una perla que llaman el “derecho a la rebelión”, pero ese derecho no justifica los crímenes de lesa humanidad que ellos han cometido.