PazenjaulaLa Paz ¿enredada?

No queda la menor duda que en La Habana habrá acuerdos más temprano que tarde.

JMUAlea Jacta Est.

La gran duda es si esos acuerdos conducirán a la tan ansiada paz.

Desde el día en que al presidente Santos le tocó, no olvidemos que le tocó, admitir que llevaba muy adelantadas unas conversaciones con las FARC, secretas esas y durante todo el sainete que han sido las conversaciones, muy públicas estas, de la Habana, yo siempre he sentido, pensado y dicho que no por estar hablando de paz y poniéndose palomitas en la solapa el proceso de La Habana conduce derecho a la paz.

La paz la tenemos que construir los colombianos.

La paz se construye desarmando los espíritus.

La paz se construye sumando voluntades.

La paz se construye convenciendo, nunca venciendo.

Cuando las potencias triunfadoras de la primera guerra mundial actuaron como vencedoras y sometieron a Alemania, abonaban el terreno para el surgimiento de Hitler, del nazismo y del Tercer Reich. Lo demás está escrito con la sangre de millones de judíos, el sufrimiento de muchísimos europeos, y la catástrofe que sería la segunda guerra mundial.

El gran riesgo de una paz impuesta, es que resulta en nuevos conflictos, que pueden ser peores.

Por eso la doctrina del sometimiento de las FARC, pregonada por el Centro Democrático en el marco de la de la Seguridad Democrática no era posible.

De hecho el acuerdo que logró la desmovilización de grupos paramilitares fue exitoso, lo que muchos cuestionan, porque era fruto de alguna forma de consenso.

Al anunciar el proceso de La Habana, el presidente Santos ofreció unos compromisos. Uno de ellos se incumplió prontamente: el proceso era a término definido, había que lograr acuerdo antes de diciembre de 2013, para ir a la elección de Presidente con una paz acordada.

El proceso de volvió indefinido por oportunismo del Presidente, que vio en la prolongación de los diálogos la base para convertir la palomita esa que carga en la solapa en la razón de su re elección y por la eterna táctica de las FARC de alargar las discusiones hasta que por cansancio les acaben otorgando todo lo que pretenden

Ya en ese lodo, re elegido el presidente con palomita y todo, los colombianos esperábamos unos acuerdos que se podrían refrendar o rechazar en un referendo el 25 de Octubre de 2015.

Esperanza esfumada. Segunda promesa incumplida.

Ayer, con bombo, explicaciones sacadas de la manga de Mandrake, foto de la banda de la Unidad Nacional y rechazo del Centro Democrático; nos anuncian que tal vez no, que los acuerdos los va a refrendar una comisión legislativa de bolsillo, que lo que no tenga mucho ambiente será refrendado por el Presidente con facultades extraordinarias otorgadas para tal efecto.

Aducen que es la forma de hacer la ratificación expedita. El Acto Legislativo no estará aprobado antes de Mayo de 2016. Han redefinido expedito.

Traduzco:

Los acuerdos que serían la base para la construcción de la paz desde lo público, con el público, y para el público, pasan a ser propiedad de los dueños de la palomita blanca en la solapa que van a acordar lo que les venga en gana y van a refrendar lo que acuerden.

La Paz impuesta desde la solapa del presidente.

La otra paz, la que iba a permitirnos construir una Colombia mejor, está enredada…en la solapa del presidente.

Eso sí apoyada por el incorruptible fiscal general de nación y su transparente e inigualable contratista súper-Natalia.

De pronto nos hubiera ido mejor con la otra Natalia que es más auténtica. Me refiero, obviamente, a Natalia Paris.

Natalia Paris