Protestan TrumpQuizás la explicación tras las masivas movilizaciones y protestas que se han esparcido por decenas de ciudades de EUA en contra de las “Medidas Ejecutivas” implementadas por la recién inaugurada administración sea simple: Donald J. Trump ganó la presidencia pero no el voto popular.

Es más, lo perdió por casi 3 millones de votos, y muy probablemente muchos de quienes depositaron estos sufragios, igual que numerosas de las personas que se negaron a votar por la falta de opciones, han decidido salir a protestar en las calles.

Esta semana — que concluyó con una derrota en los tribunales de la medida ejecutiva que durante una semana cerró las puertas de EUA a los ciudadanos de siete naciones de mayorías musulmanas — pudo apreciarse la velocidad con que la gente se moviliza en defensa de sus derechos. Parecerían los años 60.

La medida, que al anunciarse anuló 100,000 visas, suspendió las visas de residentes, y se implementó sin anuncio previo, pudo haber afectado directa e indirectamente a millones de personas, si se tiene en cuenta los viajeros y sus familias.

Generó el caos en EUA y el resto del mundo.

Pero decenas de miles salieron a los aeropuertos organizados por las redes sociales. Un ejército de abogados, reunido casi espontáneamente, comenzó a entablar una serie de desafíos legales a la prohibició a la vez que asesoraron a los viajeros y sus familias.

Además, los oponentes de la prohibición presionaron — por teléfono, email, y con visitas a sus oficinas — a sus representantes.

La oposición flanqueó al establishment del partido demócrata — los que impusieron la candidatura de Hillary Clinton. Se trata de un movimiento de bases, con raíces en las comunidades, en organizaciones de mujeres, pro derechos de migrantes, protectores del medio ambiente, de los derechos LBGT, que conocen el poder de la solidaridad. Están en pie de lucha y con ganas de fajarse.

También se vio esta semana el poder de los trabajadores organizados. Durante más de una hora los taxistas del aeropuerto JFK en New York se negaron a recoger pasajeros. Y, en Brooklyn, tenderos yemenitas cerraron sus negocios en protesta.

Igualmente, consumidores están usando el poder del boicot. Obligaron al Ejecutivo en Jefe de Uber a renunciar a su puesto en una comisión de empresarios que asesora al presidente. El mensaje #DeleteUber, pidiendo que borraran el App de los teléfonos celulares, adquirió circulación viral.

Otros consumidores están boicoteando productos de Ivanka Trump, que ahora la cadena Nordstrom ha dejado de distribuir.

La administración se vio obligada recular. Cada día un paso atrás — a veces abiertamente, otras veces con torpes intentos de sutileza.

Esta semana se hicieron evidentes serias fisuras dentro de la misma administración — el Departamento de Estado diciendo una cosa, mientras que Seguridad Nacional y Departamento de Justicia decían lo contrario. Incluso hay rumores de que las diferencias se expresaron a gritos entre miembros del gabinete de Trump.

Y Trump como siempre, con un lenguaje triunfalista, bromeando, prometiendo, exagerando, mintiendo. E insultando: A los medios, a la ciudad de Chicago, a México (amenazó con enviar tropas), a los abogados que cuestionan sus decretos, a políticos de su partido y del partido demócrata, al gobierno de Iran, al primer ministro de Australia, a Obama, a Arnold Schwarzenegger, a los manifestantes.

Aquí hay una lista con los 23 personas o sitios que ha insultado desde tomar la presidencia.

Algunos sostienen que tal es el estilo de Trump — duro, directo, agresivo, tóxico; que es su técnica de negociaciones, después de todo ha pasado la mayor parte de su vida profesional negociando.

Parecería que alguien tiene que explicarle que manejar una empresa y gobernar un país no son lo mismo.

Eso es lo que la nueva ola de resistencia le está mostrando al 45 presidente.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres, Director El Molino Online

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 2/5/2017