A mes y medio de su investidura, Donald J. Trump, el hombre que sorprendió al mundo al derrotar a Hillary Clinton, sigue desafiando las tradiciones y, con ello, escandalizando a los poderosos medios estadounidenses que están acostumbrados a que las cosas se hagan de cierta manera.
Escribe Linda Feldmann en The Christian Science Monitor que el presidente electo, “Envía mensajes por Twitter sin preocupaciones, pasando por encima de los directivos de los medios tradicionales, y alcanzando al público directamente. Y dice que lo seguirá haciendo una vez asuma su cargo. Ha llevado a cabo abiertamente la búsqueda del equipo de su gabinete, como si fueran audiciones para “The Apprentice” [su programa de TV realidad], mientras que candidatos (y el público) entran y salen del vestíbulo de Trump Tower”.
En ese sentido, es un estilo totalmente ajeno a nada que se haya visto, dice.
El Christian Science Monitor compara el estilo de Trump con el de otros presidentes.
“En los días en que el presidente electo John Kennedy se reunía con posibles miembros de su gabinete en su casa de Georgetown, y desde el Hotel Pierre en NY, el presidente electo Richard Nixon consideraba a quien incluir en su gabinete, el proceso era secreto”, escribe en un correo electrónico John Gizzi, columnista político de Newsmax. “Los nombres de los que casi lograron los cargos permanecerían secretos hasta años después”.
Hoy en día, Trump ha traído un nivel de transparencia únic. “Vemos a Mitt Romney, Rudy Giuliani, el senador Bob Corker todos intentando ser nombrados para el cargo de Secretario de Estado como si fueran finalistas de un concurso de belleza dirigido por Trump”.
Recuerda a Franklin Roosevelt, cuyas conversaciones por radio llegaron directamente a millones de hogares, sin pasar por los filtros de los medios.
“En cierta medida, Trump es un FDR [Franklin Delano Roosevelt] del siglo 21 — un comunicador masivo que usa nuevas herramientas para que sus enemigos rindan cuentas. […]”
Foto Carolyn Kaster/AP, via CSM
