La derrota de Martha Coakley a manos del republicano Scott Brown en el estado de Massachusetts es para los democratas a la vez desconcertante y totalmente familiar, informa Politics Daily. Brown, además de ser un buen candidato aprovechó las pésimas decisiones que hundieron a Coakley. La candidata estuvo ausente durante la sexta parte de la campaña, se demoró cuatro semanas en comenzar con su publicidad televisada, descartó las actividades entre los votantes, y lanzó una campaña sin un tema central, indicó la publicación digital.

“Hay acuerdo entre los demócratas en que la victoria de Brown es un sacudón. En lo que no hay acuerdo es si ello significa que retrocedan un poco, o que es hora de que logren algo. Especialmente en lo referente a la reforma del sistema de la salud. Pase lo que pase, los republicanos tienen un argumento sólido — o bien hacen campaña para anular la ley; o bien atacan la incompetencia de los demócratas (incapaces de pasar la prioridad legislativa de Obama n obstante su “super-mayoría” parlamentaria de 60 votos).  La única opción de los demócratas es aprobar la ley, resaltar sus aspectos positivos, y esperar que mejore la economía lo suficiente para que ilumine la perspectiva del país y la opinión de ellos”, concluye la publicación.

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