La sangre de Dylan Cruz“Lamentamos que el joven Dylan Cruz haya resultado herido durante los hechos que se presentaron hoy en el Centro de #Bogotá. He ordenado la investigación urgente de este caso para esclarecer rápidamente lo sucedido y determinar responsabilidades. Nuestra solidaridad con su familia”.

Esto dijo el presidente Iván Duque ante el atentado contra un niño de 18 años, recién graduado de bachillerato y con ansias de estudiar en la universidad.

Así respondieron en Bogotá, centenas de personas que estaban ejerciendo su derecho constitucional a la protesta.

Las protestas siguen.

Y mientras el joven Cruz debate entre la vida y la muerte, quedan en evidencia las profundas y hasta el momento irreconciliables diferencias de las dos Colombias.

Los partidarios del gobierno aseguran que cualquier problema se debe al proceso de paz iniciado por Juan Manuel Santos, quien le entregó el país a la guerrilla.

Otros millones consideran que la vida es muy dura, las posibilidades excesivamente limitadas, la corrupción imposible de controlar y que lo único que queda es salir a protestar.

Los partidarios del statu quo, han usado la palabra “vándalo” para deslegimitizar las protestas ciudadanas. Incluso en Cali y en Bogotá generaron el terror colectivo anunciando que bandas de “vándalos” estaban atacando complejos residenciales.

Cualquiera que proteste es “vándalo”.

Intercambio por Twitter.

Pero muchos colombianos se han unido a las protestas más grandes que se han visto en Colombia en más de medio siglo.

Siguieron el ejemplo de otras nacionales latinoamericanas, y se volcaron a las calles. Actividades de protesta se realizaron en las principales ciudades del país, pero además en los baluartes del uribismo, notablemente en Medellín.

En un país en que la protesta ciudadana es poco frecuente, y mal vista, las autoridades respondieron con represión y toque en queda.

Ante el toque de queda, la gente sacó sus cacerolas y desde los balcones, en los patios, y por todo Colombia replicaron las cacerolas.

Cuando en Bogotá salieron pacíficamente ciudadanos y ciudadanas con sus cacerolas, por las calles se veían tanquetas, soldados, y el temible ESMAD, una fuerza policial anti motines.

Fusiles contra cacerolas.

Todo indica que un miembro de ESMAD disparó en la cara al joven.

La misma administración que ha denunciado casi desde su primer día lo que llaman la tiranía de Nicolas Maduro en Venezuela, tanto por boca de Iván Duque como de la vice presidenta Marta Lucía Ramírez, los mismos que en Cúcuta a comienzos de año organizaron el enorme fiasco del concierto, que le dieron el avión presidencial al autoproclamado presidente interino Juan Guaidó quien había ingresado ilegalmente a Colombia con una banda de paramilitares y narcotraficantes, esos son los culpables por lo que suceda a Dylan Cruz. 

Todo indica que esto no ha terminado.