En ElMolinoonline.comJuan Tena, corresponsal en MADRID – Un equipo de investigadores españoles ha creado un prototipo de vacuna contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) más efectiva, según los científicos, que las desarrolladas hasta la fecha en todo el mundo. Un ensayo clínico en fase I ha revelado que el 90 por ciento de los voluntarios sometidos al compuesto, elaborado y patentado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha desarrollado una respuesta inmune al virus y el 85% de ellos la ha mantenido durante, al menos, un año.

La seguridad y la efectividad de esta vacuna han sido descrita y publicadas por el equipo de investigadores en las revistas Vaccine y Journal of Virology.

Los primeros resultados (fase 1) de esta vacuna contra el VHI fueron presentados en Madrid el pasado día 27 de septiembre por los responsables de la investigación: Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Felipe García, del Hospital Clínico de Barcelona, y Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

La vacuna comenzó a probarse en humano, en fase 1, el pasado año. Participaron 30 personas sanas (15 en Barcelona y 15 en Madrid), elegidas entre 370 voluntarios. El objetivo del ensayo era comprobar la capacidad preventiva del compuesto, y ver si efectivamente, era capaz de inducir una respuesta en el sistema inmunológico de los enfermos; en este caso de los voluntarios sanos.

El profesor Esteban explicó que durante el ensayo, a seis personas se les administró placebo y a 24 el remedio anitisida. Estos presentaron, asegura Esteban, «leves» efectos secundarios (cefaleas, dolor en la zona de la inyección o malestar general), por lo que se puede afirmar que «la vacuna es segura para continuar con el desarrollo clínico del producto».

Felipe García aseguró que el 95 por ciento de los voluntarios generó defensas (normalmente responden en un 25 por ciento), en tanto que otros medicamentos estimulan células o anticuerpos, esta vacuna experimental ha conseguido estimular ambas. García constató, asimismo, que en el 85 por ciento de las personas sometidas al ensayos, las defensas generadas se han mantenido durante al menos un año, «que en este campo es bastante tiempo».

Cautela

No obstante, Felipe García señala que: “Los resultados deben ser tomados con cautela ya que el tratamiento sólo se ha probado en 30 voluntarios y, aunque estimula una respuesta potente en la mayoría de los casos, es pronto para predecir si las defensas inducidas prevendrán la infección”.

El equipo de investigadores tiene previsto llevar a cabo un nuevo ensayo clínico, en esta ocasión, aseguran, con voluntarios infectados por el VIH, a fin de conocer si este compuesto, además de prevenir, puede servir para tratar la enfermedad. Felipe García explicó que habían comprobado que la vacuna puede usarse como remedio preventivo y «en octubre vacunaremos a personas con el virus para ver si además sirve para curar», afirmó.

Hasta ahora, el único ensayo de vacuna contra el VIH que ha llegado hasta la fase III se ha hecho en Tailandia (las fases I y II prueban la toxicidad del compuesto y su eficacia, mientras que las fases III y IV examinalográndose una eficacia del 31 por ciento y una respuesta inmunológica «muy baja», asegura Esteban.

Antecedentes

En 1999, el equipo de investigación de Esteban comenzó a trabajar en el desarrollo y preclínica de MVA‐B, que recibe su nombre de su composición a partir del virus Vaccinia Modificado de Ankara (MVA). Se trata de un virus atenuado que se usó para erradicar la viruela y que sirve de modelo en la investigación de múltiples vacunas. La B procede del subtipo de VIH contra el que lucha, el más prevalente en Europa.

El desarrollo de la MVA‐B se basa en la introducción de cuatro genes del VIH: Gag, Pol, Nef y Env (son genes que codifican las proteínas que ayudan a la reproducción del virus) en la secuencia genética de Vaccinia. Un sistema inmunitario sano reacciona frente al MVA, y los genes de VIH insertados en su ADN (ácido desoxirribonucleico) no son capaces de infectar a seres humanos, lo que garantiza la seguridad del ensayo clínico.

Para que una vacuna sea verdaderamente efectiva aparte de la capacidad defensiva del sistema inmunitario, requiere poder generar en él una respuesta duradera contra futuros ataques. Para ello, el organismo debe ser capaz de mantener un nivel básico de linfocitos T de memoria. Estos linfocitos, generados a raíz de un primer ataque por parte de un patógeno, tiene una vida larga pueden circular durante meses y años por el organismo preparados para responder ante una nueva incursión del virus.

Esteban asegura: “El perfil inmunitario de MVA‐B satisface, en principio, los requerimientos de una prometedora vacuna contra el VIH” . La espuesta inmune inducida por la vacuna podría mantener controlada la infección, ya que “si el virus penetra en el organismo e intenta expresarse en una célula, el sistema inmunitario estará preparado para inactivarlo y destruir la célula infectada”. Ahora bien, asegura Esteban “para poder comercializarse, el cóctel genético debe superar aún todas las pruebas de futuros ensayos clínicos en fase II y III”.

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