Si Ted Yoho, el representante republicano por la Florida que llamó a Alexandria Ocasio-Cortez una “fucking bitch” (perra de mierda) pudiera retroceder el calendario un par de días, lo más seguro es que no habría insultado a la joven y carismática social-demócrata. Y también que no habría intentado disculparse sin en realidad hacerlo.

Porque Alexandria Ocasio-Cortez, AOC como se le conoce, ha aprovechado la alevosía del congresista para enseñar al país y al mundo una lección sobre el machismo y la misoginia, y la falso idea de muchos hombres de que por el hecho de ser padres o esposos pueden tratar a las mujeres de una forma vil, agresiva e irrespetuosa.

Por no decir la lección política, que puede resumirse en pocas palabras. “No confundir la humildad y la amabilidad de AOC por debilidad”. Es enorme: tiene un olfato político fuera de lo común, acompañado de una energía que deslumbra elegancia, y el don de la palabra.

Eso se vio ayer en el Congreso en la manera como AOC respondió los ataques del republicano.

El martes, en las escalinatas del Capitolio, cuando salía de una sesión la congresista, Yoho la agredió verbalmente. La llamó “asquerosa”, le dijo que “estaba loca”, y cuando terminó la discusión, la llamó “fucking bitch”. Hubo testigos.

Al día siguiente, bajo la presión de los titulares y de varios miembros de la Cámara, Yoho pronunció unas palabras, un fallido intento de disculparse en el que, sin embargo, negó haber proferido tales insultos.

Todo fue una confusión aseguró el congresista de 65 años de edad, quien, además, manifestó que lleva 45 años de casado, que es padre, marido. Agregó que jamás pedirá perdón por su “pasión por amar a mi país, mi dios, y mi familia”.

Al día siguiente pidió la palabra Alexandria Ocasio-Cortez, de 30 años, que representa el distrito 14 de New York, que incluye partes de Queens y el Bronx.

“No necesito que el congresista Yoho me pida disculpas. Es claro que no quiere hacerlo. Cuando tuvo la oportunidad, no lo hizo y no voy a perder sueño esperando disculpas de un hombre que siente remordimiento por usar lenguaje soez y abusivo contra mujeres”.

“Yo también so la hija de alguien”, agregó. “Afortunadamente, mi padre no está vivo para ver cómo su hija fue tratada por el congresista Yoho. Pero mi madre vio la falta de respeto del señor Yoho hacia mí, en este recinto, en la televisión.

Estoy aquí porque tengo que mostrarles a mis padres que soy su hija, y que no me criaron para que aceptara abuso de los hombres”.

“El daño que el Sr. Yoho intentó causarme no solo estaba dirigido contra mí. Cuando se le hace eso a cualquier mujer, lo que ha hecho el Sr. Yoho es dar permiso a otros hombres para que le hagan lo mismo a las hijas de él. . . . Estoy aquí para decir que eso no es aceptable “.

Tener hijas no es lo que hace que alguien sea un hombre decente”, agregó. “Tratar con dignidad y respeto a la gente es lo que hace a un hombre decente. Y si un hombre decente comete un error, algo que nos puede suceder a todos, se disculpa. No para evitar vergüenza. No para ganar votos. Se disculpa sinceramente, para reparar el daño, para reconocerlo. Así todos podemos seguir adelante”.

En conclusión, quiero expresar mi gratitud hacia el señor Yoho. Quiero agradecerle por haberle mostrado al mundo que se puede ser un hombre poderoso y acosar a las mujeres. Se puede tener hijas y acosar a las mujeres sin remordimiento. Se puede estar casado y acosar a las mujeres. Se pueden tomar fotos y acosar a las mujeres sin remordimiento y con un sentido de impunidad. Sucedió aquí en las escalinatas del Capitolio Nacional […]

Transcripción (inglés)