12522068044_b73c88f4e9_b“Para un creciente número de estadounidenses, el tono de la política ha alcanzado un punto casi religioso, en el que individuos en ambos extremos de la escala ideológica adquieren propiedades teológicas: buenos o malos, ángeles o demonios, aquí si para proteger nuestra forma de vida o destruirla”, escribe Charles M. Blow en el New York Times.

“Para citar un informe publicado la semana pasada por el Centro de Investigación Pew para el Pueblo y la Prensa: ‘Los republicanos y demócratas están más divididos a lo largo de líneas ideológicas — y la antipatía partidista es más extensa y profunda — que en cualquier momento en las últimas dos décadas’.

“Este fenómeno coincide, en cierta medida, con el surgimiento de programas de radio y los noticieros por cable con su estridencia ideológica — provocadores a sueldo que se ganan la vida con su capacidad de instigar la chusma, agitar pasiones y diabolizar a la oposición”, agrega Blow.

“Existen algunos puntos morales sobre los cuales no puede haber ninguna ambigüedad. Hay otras áreas, sin embargo — la existencia del centro de detención de Guantánamo, el uso de aviones no tripulados, la vigilancia popr el gobierno — que requieren un examen crítico, no partidista, sin importar quién esté a cargo, en parte porque muchas de estas políticas se superponen entre administraciones Republicana y Demócratas”.

Artículo en inglés

Imagen cortesía Donkey Hotey via flickr