El libro de BoltonUna buena descripción del segundo día de la defensa del presidente Donald Trump en su juicio de impeachment, es que su equipo legal hizo todo lo posible (y lo imposible) por evadir el tema que todo el mundo discutía: Las revelaciones del libro que aparecerá próximamente de John Bolton, que implican al presidente y a todo su combo en los abusos de poder que se han plasmado en uno de los artículos de impeachment.

Estas revelaciones, obtenidas por el New York Times del manuscrito de “The Room Where It Happened; A White House Memoir.” que Bolton, antiguo asesor de seguridad del presidente que renunció justo en los días en que presuntamente se presionaba al presidente de Ucrania para que investigara a Joe Biden pre candidato demócrata a la presidencia en la elección de noviembre 2020, impulsan lo que los republicanos no han querido hacer desde el primer día del juicio: Traer testigos.

(En la Cámara de Representanes, mientras se preparaban las acusaciones al presidente, los demócratas manifestaron su deseo de obtener testimonio de Bolton. Pero desde la presidencia se dijo que de ninguna forma. Bolton no testificó ante la Cámara y por tanto los republicanos en el Senado acusaron a los demócratas de enviarles un juicio sin evidencia. O como dicen, “Palo porque bogas, palo porque no bogas”).

Bolton entregó una copia del manuscrito a la Casa Blanca a fines del año pasado, cumpliendo un requisito para las personas que han tenido acceso a información secreta del gobierno. Era de amplio conocimiento que tal libro iba a salir, aunque no había dicho mucho al respecto.

Hasta el sábado.

Recapitulemos: el sábado, cuando se inició la defensa del presidente, sus abogados descartaron el caso presentado por la Cámara por falta de evidencia directa del presunto chantaje (que llaman el quid pro quo) por el que Trump está siendo juzgado.

Un día después, esa evidencia estalló.

Ha sido una enorme explosión que todo lo puso patas arriba.

Los detalles del ex asesor de seguridad nacional corroboraron el engranaje del caso contra el presidente Trump, enfureciendo a los republicanos claves, algunos de los cuales han dicho que no estaban preparados para estas revelaciones.

Bolton escribe que escuchó a Trump decir explícitamente que la retención de la ayuda militar continuaría hasta que Ucrania anunciara públicamente una investigación que involucrara a Joe Biden y a su hijo Beau, iimplicando a Trump directamente por primera vez y contradiciendo la base de la defensa del equipo de Trump.

Bolton afirma que el Secretario de Estado Mike Pompeo le dijo en privado que nada respalda las afirmaciones del equipo de Trump de que la entonces embajadora en Ucrania, Marie Yovanovitch, era corrupta. Ello sugiere que contra la diplomática se lanzó una campaña de desprestigio, y que Pompeo lo reconoció como tal — incluso cuando sin haber defendido públicamente a Yovanovich.

Bolton sostiene que expresó al Fiscal William Barr su preocupación por los esfuerzos de Rudy Giuliani (ex alcalde de New York y abogado personal de Trump) en Ucrania, después de la comunicación de Trump en julio con el presidente de Ucrania (la conversación que el presidente y sus equipo legal defienden como “perfecta”) a pesar de que el Departamento de Justicia ha dicho que Barr supo de la llamada a mediados de agosto.

Bolton agrega que el jefe interino de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, estuvo presente en una de las llamadas de Trump con Giuliani sobre Yovanovitch, no obstante el que Mulvaney ha dicho a sus asociados que se mantuvo al margen de esas conversaciones para proteger el privilegio de abogado-cliente de Trump y Giuliani.

Por si fuera poco, el New York Times informa que Bolton dijo que le preocupaba que Trump estuviera haciéndole “favores” al presidente chino Xi Jinping y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.

El Departamento de Justicia no ha hablado públicamente sobre el asunto.

El periódico informó que la discusión de Bolton con Barr se incluyó en un manuscrito presentado para revisión de la Casa Blanca hace casi un mes.

Ello significa que desde la Casa Blanca alguien está filtrando materiales que pueden hacer mucho daño al presidente.

En breve, Bolton ha nombrando nombres — una lista enorme — y contradiciendo directamente lo que dice la plana mayor de la administración. Con ello, se da nuevo impulso a lo que los republicanos menos quieren: La convocación de testigos — algunos nombres, además de Bolton, serían Lev Parnas, ex colaborador de Giuliani que dice tener mucha evidencia contra el president, Mick Mulvaney, e incluso gente del equipo de Mike Pence, el vicepresidente.

Ello haría más difícil una exoneración rápida, prolongaría el juicio, planteando nuevos peligros para el presidente, al perder aún más el control de un proceso que ya ha cobrado su dinámica propia.

Via AP, The New York Times, Testimonio en el Senado