La búsqueda de la belleza puede ser una obsesión tan antigua como la historia, pero en la actualidad, la belleza tiene más influencia que nunca, no sólo sobre los que tienen empleo, sino que además puede definir si una persona consigue empleo o no, dice Jessica Bennett en Newsweek.

Explica que por años los economistas han reconocido la llamada “prima de la belleza”, es decir la idea de que a la gente bonita le va mejor en casi todo.

Señala que, en promedio, los hombres bien parecidos ganan un 5 por ciento más que sus homólogos menos atractivos (las mujeres guapas ganan un 4 por ciento más); la gente linda recibe más atención por parte de los maestros, jefes y mentores; incluso a los bebés más lindos se les mira más.

La diferencia aumenta con los años, agrega. En el curso de su carrera, un hombre bien parecido podría ganar unos 250,000 dólares más que su contraparte menos atractivo, según el economista Daniel Hamermesh. Y la presión es enorme por mejor la apariencia, dice. Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, el 13 por ciento de las mujeres, y 10 por ciento de los hombres , según una encuesta de Newsweek), dijeron que considerarían la cirugía estética, si les diera ventajas competitivas en sus empleos.

Esta obsesión es un arma de doble filo. “Los estudios demuestran que las mujeres poco atractivas se encuentran en desventaja en los puestos de bajo nivel como secretarias, mientras que en niveles superiores, históricamente dominados por los hombres bien parecidos, las mujeres pueden sufrir el llamado efecto “bimbo”: se les considera demasiado femeninas, menos inteligentes, y sin lugar a dudas, menos capacitadas, no sólo por los hombres sino también por sus compañeras de trabajo”.

Artículo en inglés

Foto cortesía de Monkeyji via flickr