Equipo femenino de EUAEn un día de tres finales de fútbol — Copa Mundial Femenina 2019, Copa América, y Copa de Oro — la victoria de la selección femenina de EUA, al dar un un fabuloso impulso a la lucha por la igualdad de las mujeres, ha sido sin lugar a dudas un evento de enorme e histórica transcendencia.

Porque éstas jóvenes atletas son ejemplo vivo ante el mundo entero de la discriminación que sufren las mujeres en el trabajo, donde reciben menos de la mitad que los hombres que hacen la misma labor — en cualquier campo.

Y, al no quedarse calladas sobre el asunto, han mostrado que la victoria solo se logra luchando.

Por esa razón, poco después de que el silbato final sellara la cuarta victoria consecutiva en la Copa Mundial de la FIFA del equipo femenino de EUA, la fanaticada en el Stade de Lyon en Francia comenzó a corear “¡Igualdad de salarios!”, recordando que el equipo que ha ayudado a llevar el deporte más popular del planeta a las niñas y mujeres del mundo sigue luchando por la igualdad.

Meses antes 28 jugadoras, incluyendo a Alex Morgan y Megan Rapinoe, habían demandado a la Federación de Fútbol de EUA por discriminación de género. En su demanda, acusaron los directivos de negarles similares salarios y condiciones de trabajo en comparación con el equipo nacional masculino, el cual jamás ha tenido similar desempeño, incluso no clasificó para la Copa Mundial del año pasado, y ni ha logrado batir los récords ni movilzar las audiencias que sus contrapartes femeninas.

De hecho, en EUA los juegos de fútbol femenino han generado más ingresos que los de los hombres en los últimos tres años. Desde 2016 hasta 2018, los juegos de mujeres generaron US$50.8 millones en ingresos, en comparación con US$49.9 millones para los partidos masculinos, indica una nota en BuzzFeed.

Según el New York Times, el premio en efectivo para la Copa Mundial Femenina de este año es de US$30 millones. En la Copa del Mundo 2018 masculina se repartieron US$400 millones.

Las jugadoras también han superado la deificación del atleta — el futbolista Rock Star. Su grandeza yace en el hecho de que son de carne y hueso.

Han dado a los amantes una lección de conducta atlética, con su entrega total en en el campo de juego, con la intensidad que requiere el juego, pero sin la necesidad de hacer daño al adversario, algo que se ven con demasiada frecuencia.

Y luego está Megan Rapinoe, una de las capitanas del equipo, que ha tomado una posición de solidaridad con sectores más discriminados de la sociedad, siguiendo el ejemplo de aquellos deportistas que se negaron a cantar el himno nacional de EUA.

Dijo al inicio de la Copa. “No he sufrido un exceso de vigilancia policial, perfiles raciales, brutalidad policial ni he tenido que presenciar a un miembro de mi familia muerto en la calle. Pero no puedo quedarme sin hacer nada mientras haya personas en este país que han tenido que lidiar con ese tipo de angustia”.

“No hay una manera perfecta de protestar. Sé que nada de lo que haga me quitará el dolor a esas familias. Pero siento en mi corazón que es correcto continuar arrodillado durante el himno nacional, y haré lo que pueda para ser parte de la solución”.

Más recientemente, Rapinoe dijo que no irá a la Casa Blanca por sus diferencias con el presidente.

imagen cortesía wapo