La represiva ley de inmigración en Arizona ha enardecido a los activistas políticos latinos a través del país y se anticipan manifestaciones con decenas de miles de participantes, quienes esperan que este repudio de alas a la implementación de una ley progresiva de reforma de inmigración nacional. Sin embargo, esto podría enfrentar la oposición de dirigentes demócratas que se encuentran divididos sobre el tema,  señala Benjamin Sarlin en Daily Beast.

Indica que algunos partidarios de la reforma dicen que el asunto puede esperar hasta el año entrante. Sin embargo, “Muchos estrategas democrátas sostienen que incluso un intento fallido de lograr la reforma sería polítcamente sabio, al movilizar latinos en noviembre, cuando los demócratas necesitan toda la ayuda posible para contrarrestar el resurgimiento republicano”. Una victoria republicana en noviembre, podría significar la pérdida del control demócrata sobre el congreso y dificultar la segunda mitad de la presidencia de Barack Obama.

Cita a Ali Noorani, del Foro Nacional de Inmigración: “El asunto es difícil, no importa en que año estemos. Pero la realidad es que este tema es la crisis moral que define a nuestra época”.

[Se calcula que unas 12 millones de personas viven en los EUA sin documentos de inmigración. A través de los años, el tema de inmigración ha copado los titulares. Los sectores más conservadores culpan a los indocumentados de criminalidad, abusos al sistema de bienestar público, reducir salarios y quitarle empleo a los ciudadanos. Mientras que sectores progresistas, incluyendo sindicatos, iglesias, organizaciones comunitarias rechazan tales cargos y movilizan a centenas de miles en pro de una reforma migratoria.

Varios candidatos demócratas al Senado podrían beneficiarse de un resurgimiento del voto latino, agrega. Entre ellos menciona a los senadores Michael Bennett de Colorado; Barbara Boxer de California, y el líder mayoritario Harry Reid de Nevada.

Caso ilustrador es el de Marco Rubio en la Florida. El posible candidato republicano e hijo de inmigrantes cubanos, rompió el martes pasado con la línea impulsada por el movimiento Tea Party, al condenar la ley de Arizona. “Ello indica cómo el tema puede poner a los candidatos en la defensiva”.

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