Tormenta en WashingtonDrudge Report publica una encuesta sobre si Trump debe despedir al fiscal independiente Robert Muller, mientras que los otros titulares del portal derechista discuten los rumores que estremecen la capital estadounidense: Donald Trump podría estar a punto de echar a Muller quien ha cruzado una “línea roja” al comenzar a indagar sobre la fortuna Trump y los nexos con Rusia.

Respalda esta evaluación la andanada presidencial contra el FBI, en un día que el país político (es decir aquellos que todavía siguen el drama que ha consumido la capital desde los primeros días de la administración Trump) presenció el despido de Andrew McCabe, segundo al mando del FBI, a solo dos días antes de su jubilación. Muchos han interpretado el despido como una medida punitiva, vengativa porque le impide recibir su pensión, y amenazante, para intimidar posibles testigos.

El presidente, los republicanos en el congreso, y los medios a su disposición — como Fox News, Drudge, Breitbart — acusaron a McCabe de usar el FBI a favor de Hillary Clinton, en contra de la administración. De ser un traidor y corrupto.

El mismo presidente dijo que el despido era un “Gran día para la democracia”.

Pero McCabe dice que todo es parte de la campaña — “una guerra constante” — contra el FBI y la investigación que encabeza Robert Mueller. McCabe presuntamente tomó notas de sus relaciones con el presidente desde el despido en mayo 2017 del director del FBI James Comey, el garrafal error político de Donald Trump que marcó el inicio de la investigación independiente que ha tenido a la administración totalmente a la defensiva.

Estos apuntes, de McCabe, según informes múltiples, ahora están en manos del fiscal independiente.

El fiscal Mueller presuntamente ha obtenido citaciones para las finanzas de Trump Organization. (No solo las pidió sino las exigió). Es decir de la fortuna familiar. Trump había advertido que no lo iba a tolerar, que era la “línea roja”. Las finanzas del presidente están envueltas en un secreto casi de estado, al punto que nadie ha visto sus declaraciones de impuestos sobre la renta. (En un momento ello fue la basis de un escándalo, pero ya casi nadie lo menciona. Aunque se acerca el 15 de abril, cuando todos tenemos que declarar).

Además de todo esto, el presidente lleva a cuestas el peso de Stormy Daniels. La actriz y directora de porno (¡pero porno, porno, porno!) con quien presuntamente Donald Trump tuvo un romance al poco tiempo de casarse con Melania, y cuando acababa de nacer su hijo Barron.

Los portavoces de Trump niegan que haya sucedido.

Pero los abogados de Trump han pagado US$130,000 por el silencio de Stormy Daniels, y ahora la han amenazado con una demanda por US$20 millones por haber violado el pacto de silencio.

Es obvio que quieren esconder algo.

El 25 de marzo la revista televisada 60 Minutes transmitirá una entrevista con Stormy Daniels, que los abogados de Trump están matándose para para impedir que tenga lugar.

El nombre Stormy Daniels, con su efusiva personalidad y sus enormes atributos físicos ya está en los televisores, computadores, radios, teléfonos y otros periódicos de todo el país. Los medios la llaman algo cariñosamente “Stormy”.

Incluso la congresista afroamericana por California Maxime Waters dijo el otro día que si Trump se le escapa a Mueller, Stormy Daniels lo va a tumbar.

Aunque la decencia exige respeto a la privacidad de las familias, no puede dejar de mencionarse el anuncio de que Donald Trump Jr., el primogénito y torpe hijo mayor del presidente, y su esposa Vanessa se divorcian. Doce años de casados, cinco hijos, pero según informes, la presidencia del padre cambió tanto al hijo que su esposa no pudo más. ¿Hablará Vanessa con el fiscal Mueller?

Otra semana que pasó en EUA

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 3/18/2018