El Muro de Madres

Manifestantes están siendo raptados en las calles sin orden judicial. ¿Podemos ya llamarlo el fascismo”, pregunta la columnista del New York Times Michelle Goldberg.

Golberg ha pasado tiempo en Portland y presenciado lo que ha causado enorme alarma en todo EUA: Guardas federales, en traje camuflado y sin ninguna señal de identificación, en una violación de la soberanía de los estados, deteniendo manifestantes en su mayoría pacíficos.

Pero esta represión, como no se ha visto en décadas en EUA no ha detenido las protestas, que enfrentan macanas, balas de goma, gases.

En días recientes, un grupo de mujeres ha creado un “Muro de Madres” y lad mamás se ha enfrentado a las tropas irregulares de Trump.

El presidente Trump ha dicho que piensa hacer lo mismo — enviar guardas federales contra ciudades — en otras ciudades del país, incluyendo a Washington D.C., New York, Chicago.

PARA UNA CRONOLOGÍA EN INGLÉS Y DETAllES SOBRE LAS PROTESTAS EN PORTLAND, OPD

En su columna, Golberg agrega que “Según una demanda presentada el viernes por la procuradora general de Oregón, Ellen Rosenblum, agentes federales ‘han estado utilizando vehículos sin marcar para conducir por el centro de Portland, detener a los manifestantes y colocarlos en los vehículos sin marcar de los oficiales’ desde por lo menos el martes pasado. Los manifestantes no son arrestados ni se les dice por qué están detenidos’.

No hay forma de saber la afiliación de todos los agentes: han estado vestidos con uniformes militares con parches que únicamente dicen “Policía”, pero The Times informó que algunos de ellos son parte de un grupo especializado de la Patrulla Fronteriza “que normalmente tiene la tarea de investigar organizaciones de contrabando de drogas “.

En casos del tráfico de narcóticos, la Patrulla Fronteriza no se rige por las mismas leyes que protegen al resto de ciudadanos del país.

Las protestas en Portland nada tienen que ver con narcóticos. Los manifestantes llevan más de mes y medio denunciando el racismo policial y pidiendo que se suspenda el financiamiento a la policía, para invertir en vez en las comunidades.

Meryl Chertoff escribe en The Hill que la presencia guardas federales allí, “También es una incursión masiva en las normas de la Décima Enmienda, que reservan poderes policiales a los estados”.

Existe también el temor que este despliegue militar, en una nación donde tantos grupos de supremacistas blancos tienen acceso a armas de dotación militar, inspire a otros grupos paramilitares.

Algunos congresistas han denunciado a la administración Trump. Otros han entablado demandas judiciales. Sin embargo, dentro del partido republicano muchos quieren mano dura.

Llámesele fascismo o no, es en cierta medida académico. Para los manifestantes, sus partidarios por todo el país es una clara violación de las libertades democráticas, un intento de amedrentar al pueblo, entre otras razones por si hubiera un cuestionamiento de los resultados electorales en noviembre. También es un burdo abuso del poder.

Irónico que Trump, quien llegó a la presidencia prometiendo un muro para proteger a los estadounidenses, se encuentre frente a otra barrera: El muro de madres que protege la democracia.