Trump y hidrocloroxinaTiene que haberle dolido. Para Donald Trump, el hombre que trepó a la cúpula del poder político en EUA insultando de la manera más hiriente posible a sus adversarios, el que la presidenta de la Cámara Representantes haya dicho en la TV nacional que él padece de obesidad mórbida, ha sido una amarga dosis de su propia medicina.

Literal y figurativamente.

Pelosi, a quien Trump ni siquiera saluda en eventos que requieren la presencia de ambos, comentaba sobre la noticia de que el presidente está tomando la hidroxicloroquina, un fármaco contra el paludismo, como profiláctico contra COVID-19. Pelosi dijo a Anderson Cooper de CNN: “Es nuestro presidente y prefiero que no tome nada que no ha sido aprobado por los científicos, especialmente en su grupo de edad y, digamos en su grupo de peso, obesidad mórbida, dicen. Así que creo que no es una buena idea”. La FDA, que regula el uso de medicinas en EUA recomienda no usar la hidroxicloroquina contra el COVID-19, advirtiendo que puede causar más daño que los beneficios que todavía no se han probado.

El médico de la Casa Blanca dijo el año pasado que Trump “tenía muy buena salud en general”. Sin embargo, con 6 pies 3 pulgadas y 243 libras en febrero pasado, el presidente tenía un índice de masa corporal de 30.4, que se considera obeso. Para ser “obeso mórbido”, técnicamente se requiere un IMC superior a 40.

El uso de la hidroxicloroquina ha llevado a muchos a preguntar:¿quién la recetó y bajo qué autoridad? y, ¿qué otras medicinas está tomando Trump? Pero esto puede ser tan secreto como la declaración de impuestos del presidente.

 

 

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