EL cabello de TrumpNo sé cuántos de mis lectores recuerden el memorable titular de mi entrañable amigo Juan Carlos Pastrana en La Prensa cuando se inició el juicio resultante del impeachment aprobado en la Cámara de Representantes de los USA contra Bill Clinton.

¿Chupable o Inocente? Decía

En el caso del juicio de impeachment inciado formalmente el jueves contra Donald Trump cada quien se hace su propia idea.  Los trumpetistas están convencidos de su inocencia, los demás de su culpabilidad.

Reflexiones de Juan Manuel UrrutiaEl juicio de impeachment es un proceso interesante.  La cámara acusa, el senado juzga.   En la coyuntura política actual, con una cámara controlada por los demócratas y un senado controlado por los republicanos, es bien posible que esto acabe en una declaración de absoluta inocencia del peluquín.  En realidad, no creo que la señora Pelosi y sus colegas demócratas se hayan hecho en ningún momento la ilusión de una sentencia diferente y la renuncia del presidente.

Hoy se levanta en el Senado, el telón de lo que puede resultar un muy corto “juicio” y que en principio tiene como propósito la destitución del Presidente si es hallado culpable.  

En el papel es un juicio “imparcial”, presidido por un juez de la corte suprema, en este caso el juez John Roberts.  Ya se han completado los procedimientos protocolarios. 

Ayer Mitch McConnell, el líder de la mayoría republicana en el Senado presentó la resolución que determina las condiciones en que se llevan a cabo las audiencias.

https://www.politico.com/news/2020/01/20/senate-republicans-plan-speedy-trump-trial-101262

Un asunto de suma importancia es definir si los senadores van a oír testigos y aún a obligar a algunos mediante el mecanismo de subpoena.  En la propuesta de McConnell los republicanos esperan posponer ese voto.  El juicio arrancaría con los argumentos iniciales de los fiscales y de la defensa, cada lado tendría 24 horas para presentar su caso.  Luego vendría una sesión de preguntas y respuestas que tendría una duración de 16 horas.  Finalmente se haría el debate sobre la presencia de testigos que no podría tener una duración de más de 4 horas. Esto equivale a un juicio sin testigos y sin pruebas, basado en los argumentos de las partes y que se define con un voto de mayoría calificada de las dos terceras partes de la corporación.  Si esta resolución es aprobada Trump podría estar siendo declarado inocente en una semana.  Menudo sainete.

Los demócratas quieren que se cámbiela resolución sobre dos asuntos claves, la duración de las sesiones de argumentos de las partes que deberían ser de doce horas y obviamente que se acepte la presencia de testigos y de la evidencia ya presentada en la cámara y de nuevas pruebas.  

Este asunto es fundamental pues define que tan perjudicial puede ser el juicio para Trump independientemente del veredicto final pues los testimonios podrían afectar su imagen en pleno año de reelección.   Claro está que hemos ido viendo como nada afecta la imagen de Trump.

La resolución se vota hoy y se define por mayoría simple, es decir 51 votos y los republicanos controlan 53. Los demócratas necesitarían sumar 4 votos republicanos para derrotar la propuesta de McConnell.  Si es así Trump podría estar en serios problemas.  

Los fiscales son siete representantes demócratas, equipo legal contratado por la Casa Blanca para la defensa de Trump, que encabezan los fiscales que acusaron a Bill Clinton, Kenneth Starr y Robert Ray a quienes se une Alan Dershowitz.  

Este personaje, un exprofesor de derecho de la escuela de leyes de Harvard y que se ha pronunciado abiertamente en contra de impeachment como arma política, tiene un pasado pluscuamperfecto que incluye la defensa de O.J. Simpson, la del violador y proxeneta de menores Epstein y la del supuesto feminicida el billonario Claus von Bullow.  El mismo Dershowitz ha sido acusado por una de las víctimas de Epstein de haber abusado de ella en un sonado caso en el que el abogado ha demandado a la víctima por calumnia.

En resumen, todo este proceso se circunscribe a que los demócratas logren llevar cuatro o cinco testigos, cercanos a Trump que corroboren las indebidas presiones que el peluquín ejerció sobre el presidente de Ucrania.

Suena muy organizado.  Pero es totalmente político.  El voto inicial, aunque parece un asunto de trámite, es totalmente político pues del resultado de este se determinará qué tan rápido se lleva a cabo el juicio.  

Un grupo de senadores republicanos cuya reelección en noviembre próximo está peleada podrían optar por aceptar a los testigos desde le vamos para evitar que se les acuse de excesivamente trumpeteros. Eso es lo que esperan los enemigos del presidente ya que saben que el veredicto absolutorio está prácticamente asegurado.  Un colega estadounidense, profesor de la Universidad de Johns Hopkins, muy anti-Trump con quien comentábamos el caso hace unas semanas me decía que la única esperanza es que admitieran testigos en el Senado ya que los testimonios podrían ser demoledores y forzar la renuncia del peluquín.  Ni tanto que queme el santo ni tan poco que no lo alumbre.

El efecto los testimonios del exasesor de Seguridad Nacional John Bolton, y de otros testigos como Rudy Giuliani y Lev Parnas pueden hacerle mucho daño a Trump y entre más dure el juicio más exposición del peluquín y sus andanzas en los medios. 

El propósito escondido de este impeachment parecer ser el de detener la reelección del peluquín. Y eso puede ser un despropósito pues es muy posible que la mayoría republicana imponga un juicio somero que tardaría dos semanas y un veredicto absolutorio que resulte en un fortalecimiento de la imagen de Trump.

He ahí el riesgo que corren la señora Pelosi y sus colegas demócratas.  Lo que es lamentable es que todo parece indicar que al partido demócrata no le queda más opción que tratar de tumbar a Trump pues no parecen tener un candidato capaz de derrotarlo en noviembre próximo.