MInistro mentiroso
Ex Ministro de Defensa Guillermo Botero. Foto via Internet

El 22 de abril de 2019, en el Catatumbo a donde la paz nunca llegó pues antes que se firmaran los acuerdos ya estaba inundado de coca y de narco-guerrilleros que operan desde Venezuela, el cabo Daniel Eduardo Gómez Robledo mató a Dimar Torres.  Asesinado.

En ese momento comienza un triste episodio de “tapen tapen”, la práctica de siempre que nunca debería ser puesta en acción.  Treinta campesinos de la zona confrontaron al cabo Gómez y a su compañero y les exigieron que dieran cuenta del paradero de Dimar.  Siguieron buscando y encontraron el cadáver de Dimar.  Se enteran los medios, y cuestionan.  Y sale el ministro de defensa a explicar que Dimar murió en un forcejeo.  Mentira, infame mentira.

Reflexiones de Juan Manuel UrrutiaDesde el 22 de abril hasta hace un par de semanas el ministro siguió mintiendo.  Tan solo cuando se conoció que el asesinato de Dimar Torres había sido planeado utilizando un grupo de guasap, los colombianos conocimos la plena verdad, a Dimar Torres lo mandó matar un oficial a quien el asesino le reportó en ese grupo de guasap “Mi Coronel ya lo maté”.  Además de comprobarse que trataron de montar un falso positivo, quedó plenamente demostrado que el ministro es un mentiroso, que le miente al país sin ruborizarse.

El 29 de agosto, menos de 24 horas después de la aparición del famoso video en el que Iván y sus bang bang le informaban al país que volvían a sus andanzas de narco terroristas se llevó a cabo una operación en la que se dio de baja a Gildardo Cucho.  Sacando pecho, el presidente y el ministro redoblaron los tambores y dieron la vuelta olímpica, le acababan de infringir su primera derrota al recientemente formado Grupo Armado Residual que es el eufemismo con que llaman a las disidencias de las FARC.  

Ayer, tan solo ayer, el país se entera que entre los muertos de ese operativo había, por lo menos, 7 menores de edad.  El ministro de defensa escondió la verdad.  El presidente, espero yo, no fue informado correctamente y tampoco le contó al país sobre la realidad de la operación.

No contar toda la verdad es mentir.  ¡Y nuevamente el ministro mintió!

El personero de Puerto Rico sostiene que las Fuerzas Armadas sabían que Cucho reclutaba menores de edad.  El personero sostiene que las Fuerzas Armadas sabían que en el campamento de los disidentes había menores de edad.  Las FFAA niegan tal aseveración y aseguran que no sabían que en al campamento bombardeado había menores de edad.

Un ministro mentiroso no puede ser ministro.  Si miente porque sus subalternos le esconden los hechos, mal porque quiere decir que tenemos un ministro sin autoridad.  Y si sus subalternos le cuentan la verdad pues miente de intento.

Vamos a los efectos.  

Gracias a las mentiras del ministro de defensa el presidente Duque queda, una vez más, como un inepto cuando desde #Sincelejo tuitea;

Producto de operación que autoricé al Comando Conjunto de Operaciones Especiales contra cuadrilla de narcoterroristas residuales de Farc, cayó alias ‘Gildardo Cucho’. Este criminal pretendía ser parte de la banda de ‘Iván Márquez’, que ayer amenazó y desafió al país

Si en ese momento hubiéramos tenido un ministro probo y honesto nos hubieran contado que desafortunadamente en un operativo militar habían caído en combate siete niños forzosamente reclutados por Gildardo Cucho.

Esos son los hechos.  El ministro mintió, escondió la verdad, engañó al presidente y al país.

Si hubiera dicho la verdad hoy estaríamos analizando el operativo militar, tendríamos claro que Iván y sus bang bang y los demás “disidentes” siguen con la práctica del reclutamiento forzoso de menores de edad.  Se hubiera puesto en evidencia el tamaño del engaño de La Habana. El que hubiera niños y niñas en el campamento de las disidencias es una monstruosidad.  Las “disidencias” de las FARC continúan las prácticas que esa narcoguerrilla ejecutaba antes de los acuerdos.  Y las prácticas siguen porque en La Habana los negociadores del Gobierno se hicieron los pendejos y dejaron el crimen de lesa humanidad cometido por TODOS los frentes de las FARC básicamente por fuera de las acuerdos.

Si el ministro hubiera dicho la verdad sabríamos que en la rabia que produjo la re-movilización de Iván y sus bang bang, los militares se apresuraron a efectuar una operación, autorizada por el Presidente de la República, en la que bombardearon un campamento en donde había menores de edad.  El que las Fuerzas Armadas se apresuren a ejecutar una operación mal planeada y sin toda la información por lo menos preocupa.

Se acostumbraron a mentir porque el ministro nunca defendió la verdad y porque el presidente en su ineptitud nunca se lo exigió.

Si el presidente le hubiera pedido la renuncia al ministro cuando mintió tratando de tapar el asesinato de Dimar Torres se hubiera evitado este desastre. El ministro ha debido renunciar en mayo cuando se destapó su primera mentira, no ayer.  

Gracias a la mentidera del ministro hay incautos que quieren creer que los culpables de la muerte de los niños y niñas que estaban en el campamento bombardeado son los militares que planearon la operación. No nos equivoquemos lo que les pasó a los niños reclutados por los criminales es culpa de los criminales que los forzaron a estar en una guerra en la que nada tenían que ver.