Empiezo por reiterar que no soy enemigo de la paz, que no quiero ni creo que los acuerdos de La Habana deban hacerse trisas. Reitero también que no soy un mamerto irredento, que no quiero que quienes cometieron crímenes de lesa humanidad gocen de impunidad.  Como dijo el gran filósofo Mario Moreno, no estoy a favor ni en contra sino todo lo contrario.

Ayer pasó lo que todos sabíamos que iba a pasar. El presidente Duque objetó seis artículos, por considerarlos inconvenientes, de la Ley Estatutaria de la JEP.  Y se armó la “grossatota broncca” a la que se refería con frecuencia la pensadora del siglo pasado Mafalda.

Reflexiones de Juan Manuel UrrutiaLos amigos de la paz, los que apoyaron el derrotado SI en el plebiscito de 2016 ya se rasgan las vestiduras.  María Jimena Dussán anuncia en el más puro estilo de Roy Barreras, la “reactivación de la guerra”.

No hay término medio.  Se acabó el gris, se acabaron los tonos, murió el arco iris. No hay sino dos colores.  El blanco de la paloma de la paz, el pajarito de la solapa y el negro de los nubarrones de la guerra.

Unos y otros, se reclaman defensores de las víctimas. A mi me late que las víctimas les valen como dicen en México, les importan un comino como dirían los cachacos.

Me late que estamos ante un episodio más de la polarización que impera en la política colombiana y que a partir de hoy volveremos a lo que se vivió durante la campaña del plebiscito de 2016.

El Congreso de la República tramitó un proyecto y emitió una ley.  La Corte Constitucional, como es su deber, estudió la Ley proclamada por el Congreso y determinó que la ley está apegada a la constitución.  El paso siguiente, siempre, es la sanción presidencial de la ley. En ese momento el presidente puede objetar en todo o en parte la ley en cuestión.  Eso fue lo que pasó.  Y eso pasa con cualquier ley.

Ahora los artículos objetados vuelven a las plenarias de Senado y Cámara.  Allí tendrá lugar un debate para determinar si el congreso acepta las objeciones o si las rechaza.  En el primer caso los artículos objetados quedan invalidados y el congreso puede modificarlos, en el segundo caso el congreso rechaza las objeciones y le devuelve la ley tal cual para que el presidente la sancione.

A juzgar por las reacciones iniciales de blancos y negros ese debate estará marcado por los discursos que marcaron el debate del plebiscito de 2016, con todas las medias verdades y las mentiras mondas y lirondas que rodearon ese debate.  Nada sobre las víctimas.

Correrán ríos de tinta.  Se oirán argumentos desgarrados.  El tono lo pusieron anoche María Jimena Dussán y María del Rosario Guerra. Cada una desde su extremo se apresuraron a iniciar el incendio de la polarización.

Yo no sé.  De pronto yo no entiendo.  No me parece que las objeciones del presidente estén lesionando gravemente el acuerdo de paz.

A mi más bien me parece que lo que está lesionando gravemente el acuerdo de paz es lo que está pasando en la misma JEP.  La demora en tramitar el pedido de extradición de Santrich, la tolerancia con la actitud de Iván Marquez, la timidez para actuar en los casos de abuso y explotación sexual de menores de edad le hacen más daño al acuerdo de paz que las objeciones del presidente.

No ayuda la sensación que la JEP fue diseñada y concebida para favorecer a los líderes y comandantes de las FARC a que se refiere Maria Isabel Rueda.

Tampoco han ayudado para nada los casos de corrupción y clientelismo a que se refiere Mauricio Vargas en su artículo del domingo.

Asistiremos pues a un debate político agrio, las víctimas de la FARC seguirán esperando, verdad y justicia como las mujeres de la Corporación Rosa Blanca, reparación como los familiares de las víctimas de la bomba del club el Nogal o de los diputados de la Asamblea del Valle y garantía de no repetición como en el caso de Santrich.

Referencias

https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/mauricio-vargas

https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/maria-isabel-rueda/el-molde-de-santiago-columna-de-maria-isabel-rueda-335776

https://www.semana.com/opinion/multimedia/maria-jimena-duzan-lee-su-columna-obra-con-6-actos/604956