El Super martesCatorce estados. Mil trescientos setenta y cinco delegados. Eso es lo que está en juego hoy martes 3 de marzo, o Super Tuesday, día en que miembros del partido demócrata votarán por el precandidato que ellos preferieren los represente contra Donald Trump por la presidencia en noviembre 2020.

Pero hay mucho más en juego: En juego está la capacidad del oficialismo demócrata de parar la insurgencia progresista en torno a Bernie Sanders, senador socialista demócrata quien puntea la carrera en los primeros tres concursos. Los oficialistas, esa burocracia anquilosada que prosperó bajo Bill Clinton y bajo Barack Obama, que coronaron a Hillary Clinton en 2016 para la debacle que dió la presidencia a Donald Trump, han encontrado su hombre. Joe Biden.

Joe Biden el lunes recibió el apoyo de tres otros precandidatos. Beto O’Rourke, Pete Buttigieg y Amy Klobuchar. El primero se había retirado al inicio de la campaña; los dos últimos se retiraron en días pasados.

Han volcado su apoyo tras Biden.

Fuera de Sanders y Biden quedan otras tres candidaturas.

La senadora Elizabeth Warren, quien se dice progresista, magnífica oradora, que no ha logrado traducir sus explicaciones didácticas y convincentes en votos y delegados. Y Michael Bloomberg, el milimillonario neoyorkino que decidió comprar la presidencia y de quien se dice ha gastado U$82 al minuto en medios con su mensaje. Bloomberg quien fue alcalde de New York por 12 años ha tenido problemas con las minorías — negros, latinos, asiáticos — con programas de represión policial.

Y Tulsi Gabbard, congresista por Hawaii, de quien realmente no se ha escuchado mucho últimamente. (En realidad porque la prensa la considera irrelevante).

Los estados que participan en Super Tuesday son diversos en cuanto a población — a diferencia de los de norte y el medio oeste de EUA. La población negra mayor seguirá las pautas de sus representantes muy cercanos al oficialismo demócrata; los latinos y la juventud se inclinan más hacía Sanders, quien además goza del apoyo de Alexandria Ocasio-Cortés, la combativa representante por Queens, quien además es la congresista más joven elegida desde que se fundó la república.

El argumento del oficialismo es que Sanders, por sus credencias socialistas, va a perder contra Trump.

El argumento de Sanders es que el oficialismo es la misma gente que entregó la presidencia a Donald Trump. Que no inspiran a nadie y que sus programas van en pro de Estados Unidos corporativa, y en contra de las necesidades de la mayoría.

Las demandas de Sanders, que viene exponiendo desde el inicio de su campaña, incluyen: Salud para todos (no solo para los ricos); borrón y cuenta nueva para las deudas estudiantiles, y universidad gratis; salarios dignos.

Cabe señalar que la campaña de Sanders se ha financiado con contribuciones pequeñas y se ha negado a aceptar contribuciones de las grandes corporaciones — algo que no han hecho los grandes candidatos.

Mucho está en juego hoy 3 de marzo, 2020. Mañana sabremos más.