Esta semana vimos con cristalina claridad lo que sucede un país donde se puede comprar un arma con la misma facilidad que un par de zapatos, en donde decenas de miles de veteranos de las guerras constantes regresan con todo tipo de desbalances psicológicos, donde las comunicaciones se realizan al instante, y en donde policía blancos matan rutinariamente a ciudadanos negros.
Un veterano de la guerra en Afganistán, en sus propias palabras enfurecido por las constantes muertes de negros a manos de policías blancos que él igual que el país y el mundo ha presenciado en todas las redes sociales, salió a matar policías blancos con un fusil militar.
Asesinó a cinco e hirió otros seis que participaban en una manifestación, convocada por el movimiento Black Lives Matter, contra las muertes de Philando Castile y Alton Sterling, que el mundo presenció en video alimentado casi en vivo.
Ellos otros de la lista con los nombres de cientos de personas de color muertas por los diversos departamentos de la policía de esta nación, que mantiene la publicación The Guardian.
Así como las organizaciones que consideran que cualquier crítica a las autoridades equivalente a la traición y culpan a los que graban y divulgan las muertes y no a los agentes causantes, así han intentado (aparentemente en vano) vincular a Black Lives Matter con la tragedia de Dallas, que había sido repudiada por la organización.
No obstante los intentos de culpar a la solidaridad por las muertes en Dallas, las protestas seguian por todo EUA. En Atlanta, Oakland, San Francisco, Philadelphia, Minneapolis (donde murió Castile) y Baton Rouge (donde mataron a Sterling).
Estas noticias opacaron otros eventos de importancia.
La una sobre la campaña presidencial.
Primero el FBI, y luego el Departamento de Justicia, han dicho que aunque Hillary Clinton sea culpable de “negligencia” no violó ninguna ley que amerite cargos criminales. O sea que Hillary Clinton podría ser la primera mujer presidente de EUA básicamente porque no fue imputada por crímenes relacionados al escándalo de los correos electrónicos, aunque la hayan denunciado por negiglencia total. No obstante, según dijo el mismo director del FBI a una audiencia del congreso, que la señora Clinton, contrario a lo que había repetido ad nauseum, envió 110 correos electrónicos con datos clasificados.
La campaña sigue hacia la convención. Pero los que creen en teorías de conspiración ahí tienen para largo.
También opacó, al otro lado del charco en Gran Bretaña pero con impacto en EUA, el informe Chilcot que tardó siete años en prepararse y cataloga en más de 2 millones de palabras las mentiras que condujeron al mundo a la guerra en Irak en 2003.
Es un documento demoledor que lanza al basurero de la historia a Tony Blair, el Primer Ministro de Gran Bretaña que en aquella época algunos llamaron el perrito faldero de George W. Bush. Bush hijo empujó a EUA y al mundo a la debacle de una guerra basada en mentiras.
Cabe señalar que Blair, Bush y sus respectivas camarillas, igual que muchos policías blancos que matan cuidadanos negros, siguen sus vidas con plena impunidad.
Otra semana que pasó en EUA.
Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 7/10/2016