Los milmillonarios Robert Mercer y su hija Rebeka han cortado el chorro de millones a la campaña de Donald Trump y esto está produciendo agrieras a los directivos del esfuerzo por dar cuatro años más en la Casa Blanca al presidente.
Y si le sumamo una racha de encuestas malas que lo ponen en desventaja, ya podrán imaginar los lectores y las lectoras de esta nota lo que debe ser la vida cotidiana en los círculos íntimos de la presidencia.
Informa Gabriel Sherman en Vanity Fair que
“A juzgar por la reciente filtración de los resultados de una serie de encuestas internas, la campaña de Donald Trump para 2020 tiene mucho camino por recorrer, y los miembros de la familia Trump ya han dado la alarma de que los mega donantes republicanos no están ayudando a cerrar la brecha. Don Jr. llamó recientemente a un prominante donante y advirtió que la cantidad de dinero de Trump se está quedando detrás de donde Barack Obama estaba al principio de su reelección, mientras que Jared Kushner se ha quejado en privado con la presidenta de RNC (Comité Nacional Republicano) Ronna Romney McDaniel, porque el cofre de guerra de Trump no es tan grande como debería ser en este punto del ciclo.
“A Jared no le gusta lo que está pasando. Básicamente cree que el RNC debería estar produciendo mucho más”, me dijo un ex funcionario del ala oeste familiarizado con las conversaciones”.
El problema, según la nota de Sherman, es la ausencia de los Mercer. Robert, en palabras de un antiguo asesor de la campaña 2016, considera que la inversión en Donald Trump ha sido un mal negocio.
En contraste con la alta visibilidad en 2016 de los Mercer, tanto en la elección como en la transición de la Casa Blanca, este ciclo electoral mantienen un perfil muy bajo. Y ello se refleja en sus contribuciones: La vez pasada aflojaron US$50 millones a la campaña Trump, y otros US$10 millones a la publicación Breitbart; el año pasado solo dieron US$2.8 millones.
Una de las razones, explica Sherman, es que Robert Mercer maneja un fondo de cobertura, del cual algunos inversionistas no tragan a Trump.
Otra es que Steve Bannon, el ultraderechista arquitecto y estratega de la elección de Trump, fue despedido de la Casa Blanca por bocón: Habló demasiado con pocos elogios a su jefe y su familia (Ivanka, Don Jr., Jared Kushner) en uno de los primeros libros que se publicaron sobre la vida en la Casa Blanca. (Fire and Fury por Michael Wolff).
Los Mercer, además, han enfrentado dificultades legales, ya que una de las organizaciones que ellos financiaron Cambridge Analytica, fue acusada de violaciones a la privacidad de unos 50 millones de usuarios de Facebook.
Contexto: La falta de apoyo financiero no significa que la campaña Trump 2020 va a quedarse sin un quinto. Abundan en EUA milmillonarios dispuestos a comprar acceso a la presidencia mediante una generosa contribución. Lo que si indica es que esta nueva fase de los Trump exige un cambio de elenco.
Artículo en inglés Vanity Fair