SURVIVAL INTERNATIONAL, enero 23, 2016 — Después de que el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) hubiera negado su existencia, ha sido filtrado un informe interno encargado por la organización sobre el impacto de su trabajo de conservación en los “pigmeos” bakas de Camerún.
El informe revela que:
– WWF sabía que los bakas no habían sido consultados sobre los parques nacionales que ahora hay en su tierra. Sin embargo la organización ha sostenido públicamente desde entonces que había “un alto nivel de (…) consentimiento en las comunidades”.
– Algunos ecoguardas que patrullan el área “se comportan como amos y señores” hacia los bakas, montanto “redadas” que son “espantosas”. A pesar de ello, un portavoz de WWF dijo que los ecoguardas “han desempeñado y desempeñan su función asignada de proteger las selvas y asegurar el acceso y las áreas de comunidades forestales, incluidos (…) los bakas”.
– Muchos perpetradores de abusos no se enfrentan a medidas disciplinarias cuando las comunidades condenan y denuncian las violaciones con pruebas. WWF, sin embargo, sigue diciendo públicamente: “Cuando WWF ha tenido conocimiento de comportamientos inaceptables (…), WWF ha tratado la cuestión directa y enérgicamente [con el Gobierno], tras lo que parece haberse producido una mejora de comportamiento.”
“La mayoría de los poblados locales están afectados [por abusos de ecoguardas]”, pero WWF mantuvo en un escrito a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que “la posibilidad de abusos cometidos por ecoguardas no parece ser actualmente una prioridad alta para muchas comunidades bakas”.
En contra de sus propias directrices, y a pesar de las peticiones de Survival y activistas bakas, WWF nunca ha publicado el informe. En una entrevista con la revista medioambiental Mongabay, el responsable de Gestión de Conflictos de WWF (en inglés, Head of Issues Management), Phil Dickie, negó que esta hubiera encargado ninguna investigación sobre las acusaciones de Survival International.
Survival International presentó una queja formal en febrero de 2016 ante el punto de contacto suizo de la OCDE sobre las actividades de WWF en Camerún. La queja fue admitida en diciembre de 2016; siendo la primera vez que una organización sin ánimo de lucro es examinada de esta manera.
“El bosque solía ser para los bakas, pero ya no. Nos movíamos por el bosque según las estaciones, pero ahora tenemos miedo. ¿Cómo pueden prohibirnos ir al bosque? No sabemos vivir de otra manera. Nos golpean y matan y nos fuerzan a huir”, dijo un hombre baka.
Según el director de Survival International, Stephen Corry: “WWF encarga un informe para averiguar su impacto sobre los bakas, presumiblemente incluyendo las acusaciones de abusos cometidos por los ecoguardas que financia. El informe confirma que los abusos están extendidos y son frecuentes. WWF entonces niega la existencia del informe. Es hora de que las grandes organizaciones conservacionistas depuren las responsabilidades que tienen con quienes han sufrido el robo de sus tierras por la conservación. Y es hora de que el mundo despierte ante el horror que se está produciendo en nombre de la conservación de la naturaleza. No se trata solo de Camerún y de WWF: la industria de la conservación tiene un historial de arrebatamiento de tierras indígenas. Es el colonialismo verde y estamos haciendo todo lo que podemos para combatirlo. Muchos conservacionistas saben que los pueblos indígenas y tribales son los mejores guardianes del mundo natural, que es por lo que las grandes organizaciones conservacionistas deberían empezar a escucharles en vez de ser cómplices de su destrucción”.