Manafort se declara culpableColor de hormiga: Para Donald Trump las complicaciones se multiplican

Paul Manafort, ex presidente de la campaña Trump 2016, y el hombre que hasta el momento había mantenido cerrado el pico al negarse a colaborar con el fiscal especial Robert Mueller, dio el 14 de septiembre una viraje inesperado, declarándose culpable y aceptando colaborar extensamente en la investigación que para la Casa Blanca ha sido un continuo dolor de cabeza.

Con este cambio dramático se empeora exponencialmente la situación legal del millonario con comprobados vínculos a oligarcas rusos y ucranianos, que el mes pasado había sido vencido en ocho cargos criminales en juicio en Virginia, con otros 10 cargos sin resolverse por la incapacidad de un jurado de llegar a un acuerdo.

Este acuerdo exige que Manafort se declare culpable de dos crímenes serios, colabore extensamente con el fiscal Mueller, entregue posesión de varias propiedades, y permanezca preso y a disposición de las autoridades hasta que concluya la investigación.

Los nuevos cargos por los que se declaró culpable incluyen conspiración contra EUA y conspiración para obstruir justicia por manipulación de testigos.

Los fiscales dijeron que el cargo de conspiración cubría los esfuerzos de Manafort por lavar dinero, cometer fraude fiscal, mentir a funcionarios federales, negarse a registrar cuentas bancarias extranjeras o a registrarse como cabildero de un país extranjero.

El fiscal Andrew Weissmann dijo que Manafort conspiró con su ex socio comercial Richard Gates y su asociado ruso Konstantin Kilimnik para presionar ilegalmente a funcionarios del gobierno en nombre del gobierno de Ucrania.

El acuerdo evita a los fiscales decidir si vuelven a enjuiciar a Manafort por los cargos que el jurado de Virginia no pudo decidir el mes pasado. Manafort admitió culpabilidad de cargos de fraude fiscal y bancario, pero los fiscales acordaron desestimar los cargos como parte del trato.

Además de los cargos en Virginia, en Washington D.C., se planeaba iniciar otro juicio a Manafort por cargos similares.

Según una nota de Darren Samuelsohn en POLITICO, “Al rendirse Manafort se evidencia la fuerza contundente de la investigación del fiscal Mueller. Esta sorpresiva declaración de culpabilidad del ex presidente de la campaña comprueba que la poderosa investigación del fiscal Mueller ha sido casi imposible de resistir”.

En el New York Times, escriben Shanon LaFraniere y Kenneth P. Vogel que, “El acuerdo fue una rendición del Sr. Manafort, el ex presidente de campaña del presidente Trump, quien había jurado durante meses demostrar su inocencia en un caso basado en su trabajo como asesor político en Ucrania. Y fue un triunfo decisivo para Mueller, que ahora tiene un testigo colaborador quien estuvo en el centro de la campaña de Trump durante un período crucial en 2016 y tiene una visión detallada de otro objetivo de los fiscales federales: La red de lobistas e intermediarios de influencia que buscando promover los intereses extranjeros en Washington.

“La decisión del Sr. Manafort, anunciada en una audiencia ante el tribunal federal en Washington en la que se declaró culpable de dos cargos de conspiración, probablemente desestabilizará al presidente Trump, quien había elogiado al Sr. Manafort por resistir a la presión de los fiscales e había insinuado que podría perdonarlo”.Manafort acordó cooperar en cualquier aspecto de la investigación de Mueller sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 — algo cuya importancia para el equipo de Mueller no se puede exagerar.

El acuerdo requiere que Manafort se mantenga a disposición de la fiscalía, según consideren necesario, para entrevistas, facilitar documentos y testificar ante el gran jurado y en cualquier otro juicio en Washington o en otro lugar. Manafort también renunció a su derecho de tener a sus abogados presentes durante las entrevistas con los investigadores del gobierno y los abogados.

(En inglés) leer el acuerdo

Manafort, al negarse por meses a cooperar con el fiscal Mueller, había creado la imagen de un tipo duro, firme, incluso desafiante. Se le consideraba una pieza clave en la investigación sobre posible colaboración entre la campaña Trump y Moscú.

Durante los cinco meses en que fue presidente de la campaña, estuvo en momentos claves para la investigación, siendo uno de ellos la reunión de Junio 2016 en Trump Tower, con representantes rusos, y además el hijo del presidente, Donald Trump Jr., el yerno, Jared Kushner. El objetivo explícito de la reunión era obtener información en manos rusas en contra de Hillary Clinton, en aquel entonces candidata a la presidencia de EUA.

La Casa Blanca, igual que los participantes en la reunión, han dicho que se discutió a la adopción de niños rusos.

Ahora si hay algo que Mueller no sabía (porque se dice que para estas alturas de la investigación ya lo sabe todo) ahora lo sabe de baco de un participante en un reunión, de primordial importancia en el aspecto de conspiración (o colusión) entre la campaña Trump 2016 y Rusia. (El otro elemento de la investigación de Mueller es obstrucción a la justicia).

Manafort, de 69 años de edad y una figura que se codeó con las cúpulas del partido republicano desde los días de Ronald Reagan, permanecerá detenido por lo que dure la investigación. Luego será sentenciado y, a raíz de su cooperación con Mueller, tiene un tope de 10 años preso.

Otros sindicados en la investigación de Mueller — como Rick Gates, ex socio de Manafort, y el general Robert Flynn, el primer domino en caer — recibieron sentencias mucho más leves. Pero ellos aceptaron culpabilidad e iniciaron su cooperación con el fiscal desde muy temprano en la investigación.

La Casa Blanca insiste en que nada de esto tiene que ver con el presidente, quien no debe tener de que preocuparse. Ya son cuatro individuos cercanos al presidente quienes se han declarado culpables: George Papadopoulos, Rick Gates, Robert Flynn, y ahora Paul Manafort.

Paul Manafort, el hombre que había pagado US$15,000 por una chaqueta en piel de avestruz, ahora viste un overol naranja.

Y la investigación sigue.