cortesía Business Insider

Complejo plan de los llamados ‘Oath Keepers’ para impedir la transferencia del poder presidencial en 2021

Stewart Rhodes, fundador del grupo paramilitar Oath Keepers fue condenado el martes por conspiración sediciosa por su papel en un complot violento que perseguía anular la victoria presidencial de Joe Biden en 2020. 

Dada la participación de este grupo terrorista de derecha en el ataque al Capitolio de EUA el 6 de enero de 2021, es ésta una gran victoria para el Departamento de Justicia, la cual puede fortalecer los procesos contra grupos paramilitares de ultraderecha que operan al margen de la ley. Se calcula que estos grupos tienen entre 15,000 y 20,000 militantes, de los cuales un 25% pueden ser veteranos de las múltiples guerras en que ha participado EUA en lo que va de este siglo.  

En Washington, DC, luego de tres días de deliberaciones, un jurado falló que Rhodes y varios de sus compinches es culpable de sedición. El juicio de casi dos meses desveló los esfuerzos del grupo de extrema derecha para mantener a Donald Trump en la Casa Blanca a toda costa. El cargo por conspiración sediciosa se remonta a los días de Guerra Civil, y se esgrime en muy contadas ocasiones. La pena puede alcanzar 20 años.

Aunque Rhodes no entró al Capitolio el 6 de enero, fue acusado de liderar el complot que comenzó poco después de las elecciones de 2020, cuestionando la legitimidad de los resultados, para desembocar en una rebelión armada con el fin específico de detener la transferencia del poder presidencial.

Los miembros del jurado escucharon cómo Rhodes dirigió a sus tropas mediante grabaciones y mensajes cifrados. Rhodes advirtió sobre una posible guerra civil “sangrienta” y lamentó que los Oath Keepers (en español Guardianes del Juramento) no hubiesen llevado sus armas largas al Capitolio el 6 de enero. Rhodes y otros dos acusados ​​testitificaron en su propia defensa, exponiéndose a intensos interrogatorios por parte de los fiscales. 

Rhodes negó que existieran un plan para atacar el Capitolio e insistió en que perdió el control de sus tropas una vez que entraron al capitolio. 

Juzgados junto a Rhodes fueron Kelly Meggs, líder del capítulo de Florida de Oath Keepers; Kenneth Harrelson, miitante de la Florida; Thomas Caldwell, oficial retirado de inteligencia de la Marina de Virginia; y Jessica Watkins, quien dirigió un grupo de milicias de Ohio. Meggs también fue declarado culpable de conspiración sediciosa, pero Harrelson, Watkins y Caldwell fueron declarados no culpables del cargo, informa la BBC. 

Los cinco acusados ​​fueron declarados culpables de obstrucción de un procedimiento oficial.

Cientos de personas han sido condenadas por el intento de golpe que cobró un saldo de decenas de oficiales heridos, sacudió a los legisladores, y presentó el ataque más serio a las instituciones de EUA desde la guerra civil. 

El veredicto del jurado bien puede poner patas arriba la falsa noción de que las elecciones presidenciales de 2020 fueron robadas. Se da días después de que tuvieran lugar las  elecciones de mitad de período de 2022 en los que los votantes rechazaron a los candidatos republicanos elegidos por Trump que apoyaron las afirmaciones infundadas de fraude. 

El resultado también podría dar forma al futuro del masivo enjuiciamiento por parte del departamento de justicia de participantes en la insurrección, que los políticos republicanos intentan minimizar.

De no haberse logrado la condena por conspiración sediciosa, se anticipaban complicaciones en otro juicio de alto perfil, Enrique Tarrio, expresidente del grupo paramilitar, los llamados Proud Boys (“Chicos orgullosos”). La investigación del Departamento de Justicia sobre el ataque del 6 de enero también se ha ampliado más allá de aquellos que atacaron el Capitolio para enfocarse en otros grupos e individuos vinculados a los esfuerzos de Trump por anular las elecciones.

Más de 400 grupos paramilitares funcionan en EUA, ganando visibilidad en la última década.