Sucedió en Parauapebas, en el norte del Brasil, una región que sido azotada por fuertes inundaciones. Informa The Telegraph que mientras una señora limpiaba los estragos del agua en su residencia, detrás del sofá de su sala vio a su hijo de tres años que tranquilamente acaribiaba un cocodrilo de 1.5 metros.

Parece que al inundarse la casa, las aguas arrastraron al lagarto. La madre agarró a su hijo, lo puso fuera del alcance de las fauces del saurio y llamó a los bomberos. Afortunadamente no tenía hambre, porque si no esta historia no tendría un final feliz.

El animal fue retirado de la residencia y puesto en libertad en un refugio natural, agregó Telegraph.

Artículo en inglés

Foto cortesía de michael_baltic via flickr