El antiguo director del Fondo Monetario Internacional y dirigente francés socialista celebró el virtual colapso del caso por violación sexual contra él en una cena en un exclusivo restaurante de Manhattan junto con su esposa, Anne Sinclair, y dos amigos.
Escribe Patrick Sauer en The Telegraph que desde que el juez redujo las condiciones de la libertad provisional se les veía muy contentos. Un comensal del restaurante los reconoció, los saludó y luego comentó. “Luce muy bien y de muy buen humor, disfrutando una deliciosa cena. La esposa lo decía todo con la mirada”.
Comenzaron con una entrada de prosciutto y melon, seguida por un plato fuerte de pasta con pappardelle y trufas, en el menú por US$100, que no alcanza a ser el más costoso: US$180.
De vino, optaron por Brunello di Montalcino, a US$116 la botella. Cheesecake y un espresso fueron el postre.
La cuenta, agrega, llegó alrededor de los US$600.
Sonrieron ante la prensa que los esperaban afuera.
Para poner cosas en contexto, el New York Post señala que en la región de Guinea de donde vienela acusadora de Dominique Strauss Kahn el salario común es de US$45 mensuales.
