Si esperaba noticias alentadoras sobre la situación económica, hoy no las va a encontrar.

Y seguramente tampoco en los días venideros: la vertiginosa caída de la bolsa neoyorkina ha causado un tsunami de incertidumbre económica que tiene a todo le mundo corriendo a un lugar seguro: el problema es que no se sabe dónde.

Escribe Christine Hauser en el New York Times que el indice Dow Jose perdió 634.76 puntos el 8 de agosto, bajándolo a 10809.85 — la caída más grande en un día desde diciembre del 2008 cuando comenzó la crisis financiera.

El índice S&P 500 cayó más del 6 por ciento, mientras que el Nasdaq cayó casi el 7 por ciento, agrega.

La caída de la bolsa de EUA sigue los pasos de los mercados de Europa y Asia, igual que el temor de los inversionistas al ver que Fannie Mae y Freddie Mac los gigantes hipotecarios también han sido degradados.

El sector financiero fue uno de los que más sufrieron este histórico 8 de agosto: algunos cayeron hasta el 10 por ciento en las horas finales de actividad, dice el Times.

El valor del oro sigue subiendo.

Si el viernes pasado sugeríamos que el presidente Obama se tomara un Alka-Seltzer, a lo mejor lo que necesita en estos momentos es un trago de whiskey triple.

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