Buñuel y Dalí no lo podrían haber imaginado peor: en plena misa, en Viareggio, Italia, un hombre de 46 años se arrancó un ojo ante una congregación horrorizada, escribe Lauri Apple en Gawker.
Dice que fue en medio del sermón, cuando el Aldo Bianchini se levantó, y comenzó a arrancarse los ojos con las manos, antes de desplomarse en medio de la sangre.
Así lo dice Lorenzo Tanganelli, el sacerdote que oficiaba el servicio en la iglesia de Sant’ Andrea:
“Acababa de comenzar a leer el sermón de pronto hubo gran conmoción.
“Un hombre en la parte de atrás comenzó a destrozarse la cara y entonces me di cuenta que se estaban arrancando los ojos.
“Pedí asistencia de paramédicos que llegaron rápidamente y se le lo llevaron”.
Dice que siguió celebrando la misa, pero “muchos se habían marchado”.
Seguro que después de esa, muchos necesitarán un buen terapeuta.
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