¿Publicidad de moda o sexualización y explotación de menores?, pregunta Jenna Sauers en Jezebel sobre el caso de Thylane Loubry Blondeau, que a los 10 años de edad es la nueva “musa del mundo de la moda”.
La niña es hija de Patrick Blondeau, antiguo futbolista y Véronika Loubry, antigua presentadora de la televisión francesa, ahora diseñadora de su propia línea de ropa para madres e hijas.
Thylane, dice Sauers, comenzó su carrera en las pasarelas y los estudios de fotografía a los 4 años, con algunas de las grandes marcas y sus correspondientes fotógrafos.
Pero ahora la carrera de Thylane ha evolucionado, cambiando de situaciones infantiles a posturas que muestran, “…una niña de 10 años con el pulgar en sus jeans, la cadera hacia afuera”, en un anuncio que más parece de Diesel.
“¿Es ello realmente buena idea?”
Sauers misma fue modelo de niña y tiene buenas memorias. Aún así advierte, “Una cosa es que un padre tome una foto de su pequeña hija corriendo por la playa con la parte inferior de su traje de baño. Pero es diferente que una revista de moda tome fotos de una niña sentada sin camisa en una cama y las publique para una audiencia global”.
Hay algo inherentemente morboso en una industria obsesionada con “la estetización y objetivización de los cuerpos infantiles, la preferencia por las expresiones vacías, las bocas abiertas, sexualizantes”.
Y pregunta, “¿Qué medidas se han tomado para asegurarse de que Thylane se sienta cómoda con estas imágenes? ¿Sabe ella que gente mayor y más familiares que ella con las normas de la fotografía de la moda ven en la manera que se le presenta una sexualización adulta?”
Dice que no busca atacar a la niña ni a su familia por seguir el modelaje como carrera. “Pero hay algo en algunas de esas páginas, en un nivel más allá del lenguaje que me pone los pelos de punta. Y no culpo a la familia: culpo al mundo de la moda”.
