Millie Brown es una artista performance como pocas: combina la asquerosidad del reflujo ácido con la creatividad de alguien temerario ante los desafíos de un lienzo.
Su creatividad brota de sus entrañas. Bebe botellas con leche coloreada y luego los vomita sobre la tela. Comenzó en el 2007, con camisas donde permitía que le chorrearan los colores (una vez que habían viajado a sus entrañas). Pero luego evolucionó al lienzo, porque duran más tiempo las pinturas y, además, “permiten experimentar con patrones y colores”, dice Maureen O’Connor en Gawker.
Su arte se vende bastante bien, por ejemplo para llevar a su casa el lienzo que presentamos en el video siguiente llamado “Nexus Vomitus”, usted necesita desembolsar US$2400.
Foto pantallazo