“Cuando Abu Bakr al-Baghdadi fundó el terrorista Estado Islámico ignoró una advertencia de Osama bin Laden de que los yihadistas deberían proceder con cautela para no establecer un califato demasiado rápido”, escribe en el Washington Post David Ignatius, señalando que el mismo Osama Bin Laden había advertido sobre la creación del Estado Islámico.
“El baño de sangre en Baghdadi ha logrado lo imposible: Ha provisto un adversario común para saudis, iraníes, turcos y kurdos.
“Ha unido a muchos de los políticos sunitas, chiítas y kurdos en torno a la necesidad de formar un nuevo gobierno inclusivo. Ha obligado al presidente Obama a dejar a medias su posición de observador y autorizar los ataques aéreos con ‘objetivos limitados’ en Irak”.
Ignatius dice que, en última instancia, el Estado Islámic podría auto destruirse, especialmente si aleja a los árabes suníes más moderados.
“Bin Laden creía que Yemen sería el sitio más probable para que sus seguidores declararan un califato, pero le preocupaba que lo hicieran demasiado pronto. En una carta sin fecha, probablemente escrita por Bin Laden, advierte que: ‘Queremos … establecer un estado islámico, pero primero debemos asegurar que tenemos a capacidad para tomar control de él. Incluso aún después de que lográramos exhaustar y debilitar militar y económicamente a nuestros enemigos antes y después de [los ataques del 11 de septiembre, 2011], el enemigo mantiene la capacidad de derrocar cualquier estado que establezcamos’ […]
“Baghdadi no pudo esperar. Sus combatientes inmisericordes tomaron el territorio sunita de Irak. Ahora veremos si los cálculos de bin Laden sobre el poder de EUA siguen estando correctos”.
