RectoLa fascinación atávica del ser humano con sus orificios — ojos, oídos, nariz, garganta, pene, vagina, recto — se traduce en muchos casos en visitas a las emergencias, donde especialistas se ven obligados a retirar todo tipo de objetos que llegaron a esas profundidades por error, tedio o en busca de gratificación sexual.

Barry Petchesky presenta en The Concourse una lista, extraída de la base de datos del U.S. Consumer Product Safety Commission, que documenta precisamente eso: Objetos extraños, de formas diversas, que han terminado en donde no debían.

Aquí, organizados por orificio, presentamos algunos de una lista más extensa que aquí puede encontrar en inglés.

Oídos: Jabón; antena de walkie-talkie; llave; diamante; insecto; tornillo; tampón sanitario; punta de dardo.

Nariz: Mondadientes; dado; ojo de plástico; tableta de lithium; esponja; tiburón de juguete; flecha; tenedor plástico; “usó una percha de metal para espantar abeja en el cuello y la enterró en la nariz”; “tenía un botón en la mano, estornudó, intentó taparse la boca e inhaló el botón”.

Pene: Tubo de hule; “Cuchara plástica y tal vez un lápiz”; aguja de crochet; termómetro “insertó un globo largo en el pene, intentó que su novia lo inflara para estimulación sexual y se rompió”.

Vagina: Mango plástico de tijeras; bolígrafo; agujas de tejer; “mucha arena”; cuchillo de 10 pulgadas; “escondió en la vagina una bolsa con dinero para que no la viera su manera”; bola de billar; tapón de baño; “bolas de orgasmos”.

Recto: Pipa; llaves; vaso; lápiz; lata de soda; botella de champú; lata de pintura de spray; tronco; pelota de golf; vela; campana navideña; “botella de cerveza en el recto, la cual se ha roto cuando intentó sacarla con alicates. Uso de cocaína antes de la inserción”.

Imagen via The Concourse