“La gente no te odia por tu belleza. Te odian porque se están poniendo más feos. Mediante la misma lógica, usando ingresos en vez de atractivo, permite comprender por qué el 99.9% realmente está resentido hacia el 0.1%”, escribe Catherine Rampell en The Washington Post sobre la realidad de la desigualdad de ingresos.
Dice que la nueva retórica populista ha dejado a los milmillonarios de EUA “sintiéndose perseguidos, difamados y envidiados por sus fortunas ardúamente obtenidas”. Uno de ellos, Ken Langone, comparó estas críticas con lo que en 1933 Hitler decía en Alemania, señalando que “Una sociedad no puede sobrevivir si se anima e impulsan la envidia o los celos”.
Rampell dice que dice que sí, en efecto, en años recientes se ha escuchado más en contra de las desigualdades. “Pero los estadounidenses no están molestos con la creciente riqueza de los ricos, por lo menos no fuera de contexto. Es la creciente riqueza de los ricos al contrastarse con el deterioro de los niveles de todos los demás”.
