JMU El MolinoHoy hay fútbol. Hoy hay angustias, varias: el partido, la FIFA, el árbitro y las celebraciones, si ganamos, o desmanes si perdemos.

Etche no jodda como dicen en la Costa, en donde si saben celebrar a toda y sin matarse.

Para las ansiedades sobre la FIFA y el árbitro no nos queda más que esperar que prime la justicia. Tenemos un gran equipo de fútbol, pero los partidos se ganan o se pierden.

El sólo hecho de tener ansiedad por el resultado del partido es ganancia.858509887

Antes, en los tiempos de la selección de los narcos y del técnico que decía que perder es ganar un poco, la ansiedad era por el tamaño de la goleada.

Mi amigo siquiatra me contaba que en una de esas salidas típicas de los cachacos un conocido se le acercó y le dijo, “ala me dicen que tú eres buenísimo para la ansiedad”.

Como yo sé eso, estuve comentando con él, la otra de mis ansiedades, la del comportamiento de los bogotanos.

Si de los bogotanos porque somos los bogotanos los que convertimos cada victoria de la selección en una tragedia.

Es a los bogotanos a los que nos ponen, no colocan, ponen en Estado de Sitio cada vez que juega la selección.

Decía don Darío Echandía, y me lo recordaba otro querido amigo, Colombia es un país de cafres.

Es posible, pero los cafres costeños y los cafres paisas y muchos otros cafres celebran sin matarse. Si uno está en la costa o en Medellín hoy, no le toca hablar con mi amigo siquiatra de la ansiedad de las reacciones populares con el resultado del partido, lo ve, celebra y ya.

¿Por qué, entonces, los cafres bogotanos somos más cafres que los cafres de otras partes?

Porque desde hace años, más precisamente desde que salió Antanas Mokus de la alcaldía, en Bogotá se volvió mal vista la cultura ciudadana.

La decencia y la amabilidad se volvieron pendejada.

El austéqueleimportaviejopendejo se tomó la ciudad.
UnknownLa señora de camioneta, esa que anda en una burbuja Toyota o algo parecido haciendo “vueltas” le dice la chófer “Usted me espera aquí, enfrente al almacén estacionado debajo de ese aviso tan bonito que tiene una P tachada, y nósememueveoyó”.

El señor que va de afán en su camioneta se mete en tercera, o cuarta fila para llegar más rápido a la esquina y si toca se pasa el semáforo en rojo, pintón le dice.

Cuando una persona se va a cambiar de carril no pone direccional porque el que viene atrás acelera en cuanto ve una direccional.

Alcalde tras alcalde se roban la ciudad, irrespetan la ley.

Y cuando no se la roba el alcalde se la roba el cuñado.

Mi amigo siquiatra que es tan bueno para las ansiedades coincide conmigo, toca volver a empezar las campañas para que los bogotanos sean gente decente, como se habían vuelto en la época de las tarjetas amarillas y del signo con el pulgar levantado para decir ¡bien!220px-The_Scream

Empiezo por dejarles esta reflexión a mis amigos bogotanos, dejemos de ser tan cafres.

Respetemos las señales de tránsito, los semáforos, las colas.

Saludemos y contestemos cuando nos saludan.

Pongámonos de pie cuando alguien llega a la mesa que estamos ocupando, especialmente si es una mujer o una persona mayor.

Si todos comenzamos otra vez a ser decentes, de pronto podremos decir que el maestro Echandía estaba equivocado.

Si todos hacemos un esfuerzo con el tiempo podremos gozar tranquilos los muchos triunfos que nos deparará esta selección en este mundial y en uno o dos más, así pierdan hoy.

Unknown-1Por ahora para curar las angustias me voy para la finca en donde no tengo televisión en HD pero si tengo calma y cervecita porque allá no hay ley seca.

Y el único cafre soy yo.