Juan Manuel UrrutiaLos horrores del brote epidémico de ébola en Guinea Conakri, Liberia y Sierra Leone han mostrado lo más maravilloso que tienen los seres humanos y a los políticos en la realidad de la porquería en que se mueven acompañados de la histeria vendedora de rating de los medios de comunicación.

A esos países se han desplazado miles de médicos y otros profesionales de la salud a cumplir con el precepto de “cuidar a los enfermos”.

A sabiendas que ponen su vida en peligro.

Casi en todos los casos en misiones humanitarias.

Héroes anónimos cuyas historias de vida no conocemos sino cuando terminan porque el mal cuyos estragos fueron a mitigar se los lleva por delante.

Mientras los políticos y los medios se rasgaban las vestiduras porque apareció enfermo uno de esos héroes regresó de África Occidental de una misión con Médicos sin Fronteras, se sentía bien y se fue a trotar y luego fue a jugar bolos.

Resultó con ébola. ¿Cómo se le ocurrió ir a trotar, a jugar bolos? Se preguntaron.

Para quedar bien dos políticos que representan los más bajo del quehacer político, los gobernadores de New York y de New Jersey, se apresuraron a mandar poner en cuarentena a quienes regresaran de haber atendido a las víctimas del bola.

Craig Spencer
Craig Spencer, doctor neoyorkino de Médecins Sans Frontières
Kaci Hickox
Voluntaria de la salud tratada como una criminal a su regreso a EUA

Kaci Hickox fue tratada como criminal a su arribo al aeropuerto de Newark.

Su caso demuestra cuán erráticas son las reacciones políticas.

Si algún efecto tendrá ese tratamiento discriminatorio propuesto por los Gobernadores, será el de desmotivar a otros profesionales a que quisieran movilizarse y peor aún el de motivar a viajeros que hayan estado en riesgo a que no reporten ese riesgo.

A Cuomo y a Christie les importa poco el ébola, los preocupa el efecto de casos como el de Craig Spencer el médico que se fue a jugar bolos y toman entonces decisiones políticas, inútiles, absurdas pero políticas.

¿Cuántos casos de contagio creen haber evitado con su estúpida cuarentena?

Ese no era el asunto.

Se trataba de decisiones políticas en un momento electoralmente cargado.

La realidad es que es más barato detener y tratar como prisionero a las Kaci Hickox que vayan llegando, y mejor si no llegan muchas.

Lo ideal sería que no llegue nadie de por allá.

Y para que no llegue nadie, pues que no vaya nadie y a los de allá les vetamos la entrada como en Australia.
Mientras tanto que otros como Cuba manden los médicos, igual a los cubanos los tenemos bien vetados y embargados.

Que al ébola le ganen otros.

Los políticos de turno en New York y en New Jersey le quieren ganar es a sus rivales en las elecciones, pase lo que pase.

Cuomo y Christie