No son muchos los gatos y perros que los europeos consumen, dice en una nota Barbie Latza Nadeau en The Daily Beast, pero lo suficiente para que SOS Chats (Noiraigue) un grupo en Suiza circule una petición para eliminar de una vez por todas la práctica de comerse a las mascotas.
Dice en Suiza unos 224,000 personas en su mayoría en áreas rurales ( o un 3% de la población) se come a sus gatos. Son datos aproximados, pero aceptados.
(Prefieren comerlos cachorritos, dice).
Explica que no solo es en Suiza donde se comete este acto que otros no vacilarían en considerar canibalismo.
En Roma, explica, un conocido chef ha hablado en la TV sobre cómo cocinar gato. Y en caso de que no lo pueda conseguir, comerse el de la casa, según dijo en una entrevista.
La práctica de comerse a los gatos — que algunos en Italia llaman conejos de orejas cortas, o conejos que maúllan — es antigua, especialmente durante las escaseces en tiempos de guerras.
En Asia es otra historia, dice. (Solo en Corea del Sur se consumen unos 2.5 millones de perros cada año).
Y si el concepto de merendearse la mascota le aterre, qué decir de Dinamarca, Finlandia, Hungría y Suecia donde tener sexo con un animal es permitido por la ley siempre y cuando no le cause daño.