El encuentro de Sophie Cruz, la niñita inmigrante de cinco años de edad con el Papa Francisco fue planeado cuidadosamente por un grupo de activistas pro derechos inmigrantes que ven en los niños un valioso recurso para comunicar el drama de humano de la inmigración, informa Alicia A. Caldwell de la Associated Press.
“[…] para Sophie, de 5 años, el momento se desencadenó tan perfectamente como estaba preparado por los miembros de una coalición de Los Ángeles que defiende los derechos de los migrantes. El grupo llevaba casi un año preparando que la pequeña, de un suburbio de Los Ángeles, saliera corriendo hacia el papamóvil para entregar un mensaje sobre la situación de los padres migrantes que viven en Estados Unidos sin residencia legal”.
Se trata de la Coalición por Plenos Derechos para los Inmigrantes.
Juan José Gutiérrez, líder de la coalición dijo a la AP: “Planeábamos hacer esto desde el momento en que supimos que venía a Estados Unidos. Trabajamos durante un tiempo para intentar sensibilizar al público americano de que gestionar la inmigración no es sólo gestionar a las personas que llegaron sin documentos adecuados, sino que también tenemos… incontables niños cuyos padres no tienen documentos”.
Hace un año lograron algo similar en Roma, en ese caso enviando a una niña de10 años hacia el papa.
El objetivo es permitir que los niños comuniquen lo que los adultos no han logrado comunicar, sostiene Gutiérrez.
Estos jóvenes activistas toman sus responsabilidades muy en serio. En el caso de Sophie, ella redactó su propia carta para el papa. Y supo qué decir a los periodistas.
Ahora, su imagen ha quedado para siempre grabada en la memoria de esta visita papal a EUA.
Circunstancias extraordinarias producen respuestas extraordinarias.