La inesperada decisión de Nicolas Sarkozy de reconocer a la oposición Libia la semana pasada parece ser un alarmante regreso a la formulación de políticas por impulso y la improvisación, dice la revista The Economist en un análisis que precede la reunión sobre Libia entre el presidente de Francia y la Secretaria de Estado Hilary Clinton.

Tras las vacilaciones iniciales, dice, Francia se ha convertido en el defensor más vigoroso de una zona de exclusión aérea sobre el país, y está trabajando con Gran Bretaña sobre una resolución del Consejo de Seguridad de ONU con este fin.

Sin embargo, recuerda, el anuncio de Sarkozy desconcertó a la comunidad europea. “Pero no fueron los únicos: Alain Juppé, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores francés, estaba, según las fuentes, totalmente a oscuras. Igual, el equipo de diplomáticos en la oficina del primer ministro, François Fillon”.

Especula que una de las razones puede ser un intento por compensar la complicidad de Francia respecto a Túnez y Egipto.

Igual puede tener objetivos electorales: “Sarkozy, altamente impopular, enfrenta una elección presidencial el próximo año y claramente quiere mostrar a los votantes que puede tomar la iniciativa”.

Pero hay algo más: “A los franceses los sorprendieron dormidos durante los levantamientos árabes, y el presidente Sarkozy, ha remodelado su equipo diplomático en un intento por restaurar su credibilidad respecto a la política exterior”. Es ahí que ve The Economist lo que consideran impulsivo y causa de preocupación.

Artículo en inglés

Foto cortesía epp via flickr