Ariel Avila escribe en la revista Semana que el presidente Barack Obama podría emitir un perdón de último momento para beneficiar a Ricardo Palmera, dirigente de las FARC conocido como Simón Trinidad, quien purga una sentencia de 60 años en aislamiento total en un presidio de máxima seguridad en Colorado, EUA.
Las razones y la importancia.
“[…] En las últimas horas la administración Obama está jugando a dejar andando una serie de procesos políticos que marquen el camino para que la siguiente administración, la de Trump, no lo pueda modificar de forma sustancial. La decisión de abstenerse en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre los asentamientos ilegales del Gobierno israelí en suelo palestino, así como la posterior declaración del Secretario de Estado sobre la necesidad de crear dos Estados para lograr la paz en Oriente Medio. También la postura con Rusia y en general los mensajes que ha mandado a Europa occidental dejan ver los esfuerzos de Obama por marcar lo que debería ser la política exterior gringa. Esta serie acciones podrían impulsar la salida de Trinidad. Además, el delegado del gobierno norteamericano en el proceso de paz, [Bernard] Aronson, se mueve muy bien tanto en las filas demócratas como en las republicanas. No se debe olvidar que sus inicios como mediador comenzaron en las toldas conservadoras hace varias décadas.
Se puede decir, igualmente, que la liberación de Trinidad es una necesidad si de lo que se trata es de impartir justicia. Por un lado, el juicio en los Estados Unidos fue injusto. Trinidad no tuvo nada que ver con la captura de los tres mercenarios norteamericanos. De hecho, estaba a centenares de kilómetros de donde ocurrieron los hechos, tampoco tenía mando sobre la estructura que los capturó y no se comprobó tampoco una orden directa. Por esto el jurado tuvo tantas dudas a la hora de pronunciarse sobre la responsabilidad de Trinidad.
Por otro lado, las responsabilidades de Simón Trinidad en el marco del conflicto armado, deben ser juzgadas en Colombia y él debe responder en Colombia. […]”