Comenzó con la fragancia de jazmines y hasta el momento ya está impregnada con el olor a muerte: la revolución en el mundo árabe sigue ampliando su alcance geográfico mientras que los líderes, en el poder por años, cada día muestran más su disposición a mantenerse sus privilegiosigno et ferro.

En Tunisia, en enero, manifestantes pacíficos corrieron a Zine el-Abidine Ben Ali, quien llevaba 23 años en el poder. Luego, siguió hacia Egipto, donde en 18 días de protestas, se puso fin a un régimen de 30 años. El final está por escribirse en Argelia, Libia (donde la lucha se convirtió en una guerra civil), Yemen (donde hoy mataron a 40 manifestantes), Jordania, Bahrain (donde decenas han muerto a manos de las autoridades) Oman. Arabia Saudita ha comenzado a sentir los efectos. Incluso Iraq.

Aquí The Economist nos regala un impresionante mapa interactivo.

Foto cortesía de cjb22 via flickr